Aplanando la Matrix Heliocéntrica: entrevista con Iru Landucci

Describir una personalidad como la de Iru Landucci no parece representar mayores dificultades. A los fines prácticos podemos decir que es un investigador independiente especializado en efectos especiales y comunicación visual. Hasta ahí, no hay nada que llame la atención. Sin embargo, su espíritu inquieto y sus ansias de saber y conocer sobre todo aquello que el discurso oficial nos oculta desde los albores de la humanidad, lo han hecho posicionarse como un referente en varias cuestiones candentes. Quienes estén dispuestos a despojarse de sus pensamientos más arraigados, pasen y lean esta entrevista que, sinceramente, no tiene desperdicio.

Si bien sos especialista en efectos especiales y en comunicación visual, hace muchos años te dedicas a la investigación independiente. ¿Qué situaciones o experiencias te hicieron replantear el mundo en el que vivimos?¿Cuáles son los hechos concretos que hoy recordas como disruptivos?

Desde muy pequeño recuerdo, a la edad de once o doce años, replantearme por qué tomaba la comunión, por qué iba a misa o por qué tenía que obedecer la autoridad de alguien a quien veía como un semejante. Había algo dentro mío que rechazaba esa idea de ponerme de rodillas al entrar a un lugar, de tener que pedir perdón por algo que no considero que haya sido participe, como un pecado original. Todo este tipo de cosas me generaban rechazo, aunque no fui a un colegio católico, fui a un colegio, entre comillas “laico”, digo entre comillas, porque te fomentan otro tipo de creencias, nada está libre de eso, y desde ahí comencé a replantearme las cosas.

Luego fui creciendo y por primera vez, a la edad de veintiuno o veintidós años, tuve una experiencia extra corporal no voluntaria, no fue algo practicado por mí mismo sino un hecho completamente espontáneo, y que creo que fue la respuesta a algo que hacía mucho tiempo me venía replanteando constantemente: la muerte. Y si esa trascendencia del plano físico no es como te la cuentan las religiones occidentales, entonces no podía encajar la idea de la nada absoluta, de la desaparición absoluta. Este era siempre un tema recurrente, lo filosofaba internamente, hasta que tuve esta experiencia donde me vi el cuerpo en la cama, tuve un desplazamiento astral dentro de mi propio hogar y cuando volví al cuerpo tuve la confirmación en primera persona de que existen muchas más dimensiones que la carnal. Esto me abrió las puertas a estudiar metafísica, una metafísica básica, pero por primera vez en mi vida alguien me decía que lo que uno pensaba y sentía, tenía consecuencias en el plano físico, de atracción y repulsión. Ahí empezó un viaje desde un lado más espiritual para tratar de entender el misticismo del mundo que habitamos.

En 2006 o 2007 vi el documental de Zeitgeist, al que hoy le cuestionaría algunas cosas, sobre todo el final y tal vez un poco el principio, pero me introdujo al mundo de la geopolítica desde una perspectiva enfocada en las logias ocultistas y las manipulaciones a gran escala. Ilustran muy bien lo que fue toda la planificación del Atentado del 11 de septiembre, la estafa de la Reserva Federal, la impresión del dólar, la deuda externa de los países y cómo para ese entonces no era habitual tener contacto con esa información. Fue un cachetazo de realidad bastante fuerte. También ahí uní lo que venía leyendo e investigando sobre órdenes templarias, masonería, órdenes de caballería, órdenes religiosas de control político, si bien la orden jesuita aún no la había abordado en profundidad.

Otro golpe de realidad se produjo cuando me introduje en el paradigma de la Nueva Medicina Germánica. Luego conocí la Programación Neurolingüística y entendí que uno también puede programar su realidad. También me metí en una metafísica desde el lado andino y lo que tiene que ver con el chamanismo, hasta que en 2015 vino la pieza que hizo encajar todo lo demás: la Tierra Plana.

En resumen, estas fueron las experiencias o conocimientos que han hecho tambalear mis propios pilares y me han forzado a reestructurarme, a reconstruirme, y es algo que realmente agradezco.

Hay dos conceptos que me parecen fundamentales a la hora de entender cómo procesamos los estímulos y la información que recibimos del entorno: el Primado Negativo y la Disonancia Cognitiva. Me gustaría que expliques brevemente de qué trata cada uno y cómo pensas que terminan influyendo a la hora de elaborar nuestros propios pensamientos e ideas.

Lo que es el Primado Negativo lo indica la misma palabra: prima lo negativo, te ponen primero algo que quieren negativizar y lo hacen a través de las series de ficción, libros, televisión o incluso en radio. Para primar ese negativo toman una idea y hacen que la replique un personaje borracho, loco, drogadicto o reo, alguien desencajado de los valores sociales, que brinda una información primaria en un contexto donde se transforma en un personaje negativo para tus valores socioculturales. Por ejemplo: si te cuentan que el atentado a las Torres Gemelas fue un auto atentado, un trabajo interno norteamericano, pero el personaje que te lo dice es un vagabundo con un cartel colgando que reza “se acerca el fin del mundo”, ese signo, socioculturalmente hablando, es negativo, te dan la primicia pero con algo que vos asocias como negativo.

La Disonancia Cognitiva es justamente, dentro del conocimiento que alguien tiene adquirido, algo que le genera disonancia, que no concuerda con lo que tiene aprendido, y por lo tanto le genera un rechazo inicial. La persona tiene una estructura neuronal que va a tener que discontinuar para luego volver a generar un nuevo puente neuronal que acepte esa nueva información y no le genere una disrupción cognitiva. La forma que tenemos de materializar información es a través de generar puentes neuronales. La formación es algo etérico que no tiene materia ni partículas, entonces cuando durante tantos años adquiriste un montón de información y conocimiento que generó una estructura en tu cerebro, puede ser muy dificultoso romperla, por lo que inicialmente una información nueva, que no solamente contrasta, sino que viene a romper toda esa estructura cultural te va a generar una disonancia.

Tus planteos acerca de la esfericidad de la Tierra te han posicionado dentro de dos esquemas prácticamente antagónicos: uno de ellos te sitúa como un referente sólido en la materia y el otro te enmarca dentro de las mal llamadas teorías de las conspiraciones. ¿Qué sentís estando en ambas veredas?

Con respecto a ser un referente tanto del habla hispana como del habla inglesa, la verdad es que me llena de ganas de seguir. Todo comenzó por agosto/septiembre de 2015 cuando ya tenía mi columna en una radio de la ciudad de La Plata. Allí transmitía en vivo y tenía seguidores en España, México y otros países. Los temas que abordaba eran sobre cuestiones geopolíticas mal llamadas conspiraciones, porque en realidad la palabra conspiración sí existe y tiene que ver con cómo se han formado y forjado las relaciones de poder en la humanidad. Siempre ha habido gente de un bando que conspiraba contra el otro porque no eran las mismas decisiones las que querían tomar o porque había tintes de carácter distintos. Por lo tanto, más allá de que etimológicamente conspirar significa respirar junto a alguien, simbólicamente representa esta idea: me junto a planificar algo con los semejantes a mi idea porque del otro lado hay gente que no comulga con eso. Entonces, como no lo puedo hacer de manera abierta, lo hago a puertas cerradas. Si esas opiniones o conductas o resoluciones a puertas cerradas son para mi propio ámbito o para mi propia casa, no hay ningún problema. Pero el tema es hacer todo ese tipo de lucubraciones para supuestamente conducir un país o una nación. Ahí es donde entra la palabra conspiración: cuando la toma de decisiones es a puertas cerradas, pero para conducir un colectivo entero. De todas formas eso siempre ha existido. Sin embargo, en la década del 60, toda la gente que cuestionaba hechos relacionados con las operaciones gubernamentales, empezó a ser etiquetada por la CIA como “conspiranoica” o “teórica de la conspiración”.

Actualmente eso se reduce a un desprestigio, cuando te quieren atacar lo hacen tratándote de manera peyorativa, por ser un “conspiranoico”. Siempre digo lo mismo, cuando revisionas la historia, la palabra “conspiranoico” aparece inmediatamente como algo que daña y disminuye a la persona en una discusión, pero en realidad el que se disminuye es el que maltrata, porque la diferencia entre una conspiración y una operación a gran escala tiene que ver con el tiempo que uno va hacia atrás en la investigación y cuánto tiempo le dedica a esa investigación. Por lo general, a la hora de revisar la historia, la gente sufre de vagancia. Y acusan a quien tienen enfrente, sin conocerlo, por ser un supuesto “conspiranoico” o “ teórico de la conspiración”, sin saber de dónde proviene esa idea de disminuir intelectualmente al prójimo. Desde ese costado, agradezco ser un referente en el tema cosmológico y también agradezco que me llamen “conspiranoico”, porque de alguna manera tengo cómo desarticularlo.

Con respecto a ser un referente, eso también viene de la mano de habérmela jugado, de haber puesto mi cara, mi nombre y mi apellido, poniendo en riesgo mi fuente de trabajo, poniendo en riesgo tal vez cuestiones de mi propio linaje, de amistades y demás, pero siempre fui de frente y eso también me llevó a participar en todas las conferencias internacionales que se hicieron de Tierra Plana (Carolina del Norte, Colorado, Dallas, Canadá, Inglaterra, España). Pero más allá de las conferencias, lo que más te posiciona es lo que haces y la información que das. La gente en ese sentido no es tonta y sabe de alguna manera que si lo que estás diciendo no tiene un asidero o no tiene coherencia, no sirve, y no solamente en términos cosmológicos. En su momento fui de los primeros de habla hispana en hablar de medicina germánica y me atacaban de todos lados y hoy, sin embargo, es una de las mejores informaciones que podríamos haber recibido, igual que con el dióxido de cloro, igual que con el tema de viajes astrales o de proyecciones fuera del cuerpo.

¿Qué otros cuestionamientos se abren a partir de investigar la forma de la Tierra?

Más allá de investigar la forma de la Tierra, primero quise investigar el mundo en el que vivíamos. Después de haber sufrido el shock de Zeitgeist, quise saber más y se me abrieron muchas puertas, muchas operaciones políticas de gran escala, cuestiones que tienen que ver con la salud, con entender de dónde viene la farmacéutica, de dónde viene la academia de la medicina, el Informe Flexner, las operaciones militares desde las de Fishbowl Dominic, HighJump y Deep Freeze hasta las operaciones que tienen que ver con cuestiones de espacio exterior, todo lo que conlleva también en términos económicos conocer desde la reserva federal hasta el auto atentado del Titanic… Mismo lo que ya dije anteriormente, la medicina germánica, las terapias oxidativas, las revoluciones agrícolas, las naves terrestres.

Pero más allá de la forma de la Tierra también hay un poquito de voluntad propia, de carácter propio de hasta cuánto uno quiere investigar e invertir el tiempo en investigar. Lógicamente, eso después tiene sus recompensas, tarda en llegar, pero al final hay recompensa. Y hoy en día muchos de los que hemos hecho ese camino podemos decir con certeza que nos ha salvado la vida, sobre todo a la hora de tomar una decisión a nivel de salud. Y compartirlo, distribuirlo por las redes sociales, es una forma de ayudar al prójimo, dado que no todos tienen el tiempo para ponerse a investigar, entonces a veces necesitan que alguien les dé una información ya investigada. Siempre remarco que hay que investigar por uno mismo, pero por lo menos cuando a esa persona le das un puntapié inicial, le estás haciendo un favor de alguna manera.

Claramente cuando te pones a investigar la forma de la Tierra encontras una llave maestra, encontras lo que es, a mi criterio, la conspiración más grande de todas: el ocultamiento de la cuestión espiritual, de quiénes somos en esta planificación de la creación. Te encontras con una de las organizaciones más perversas que existen al momento, la Orden Jesuita, y cuando te sumergís en estas cuestiones empezas a ver los linajes, las monarquías, las noblezas, las líneas de sangre y volves a reunir o a confirmar esa información de quiénes son los que manejan el mundo en términos políticos, económicos, medios de comunicación y demás que tal vez te había llegado por otros lados. Es como una especie de arborescencia que al principio parece ir lenta porque se empieza a bifurcar en un montón de ramas, pero cuando le encontras la culminación a cada una de esas ramas, terminas de alguna manera accediendo a una información o conclusión de forma muy rápida y certera, o más certera que si no contaras con la investigación de la cosmología y cosmogonía de nuestro ser.

¿Por qué crees que un punto de vista diferente, más allá de estar debidamente justificado mediante pruebas, experimentos o investigaciones, genera tanto rechazo en la población?

El rechazo es una reacción típica de una persona que ha sido manipulada mentalmente. Por ejemplo, el caso de una secta, donde el individuo tiene arraigado el modelo cosmológico como una verdad absoluta, porque es lo que le enseñaron desde que apenas tenía uso de la razón. Literalmente, se nos adoctrina a través de los medios de comunicación desde nuestra infancia, desde nuestra niñez más prematura, continúa en el colegio primario, en el secundario, a través de películas, series… se empieza a ser carne esta idea del espacio exterior, de la salvación, yéndonos de nuestro mundo, de la fantasía que conlleva. Se invocan los principios más primitivos del ser humano, el descubrir, el querer ir a otras tierras, el querer encontrar siempre respuestas más allá.

Por supuesto que el planteo de una Tierra estacionaria, primero genera un poco de claustrofobia, porque tal vez uno tiene esta idea de que siempre para viajar hay que utilizar los vehículos de la materia, tiene que ser siempre en términos de tecnología, de vehículos, de equipamiento, de cuestiones de exploración genéricas. Quizá debemos cambiar el traje de piel humana porque el viaje que sigue no está en términos físicos, sino en términos espirituales.

El modelo de cosmología que el universo en expansión o heliocéntrico nos ha quitado y desarraigado tiene que ver con nuestro desarrollo espiritual. La idea de una Tierra Plana y estacionaria implica un proceso interno de desaprendizaje, porque el 98% de todo lo que tiene que ver con el mundo en el que estaban apoyados los pies a nivel institucional, se desmorona. Y volver a recomponerlo es una tarea muy difícil, sobre todo en un mundo que no te deja tiempo y te mantiene constantemente entretenido. Porque mientras te entretienen y te mienten, de golpe tenes que volver a replantearte un montón de cosas, y genera mucha bronca.

Si a un niño le planteas que la Tierra es plana no tiene ningún problema porque no ve como una tarea difícil volver a encajar las piezas que anteriormente pensaba que eran sólidas. En cambio, los adultos experimentan sentimientos más negativos ante un cambio de paradigma, y no todos reaccionan de la misma manera. Dependiendo de la personalidad de cada uno, puede que este cambio de paradigma haga aflorar ese ser violento que muchos piensan que no tienen pero que en realidad es que porque no les tocaron la fibra correspondiente para desatar el demonio interno que tienen que trabajar.

¿Quiénes son tus referentes hoy en día y quiénes son aquellos tótems o personajes que se te han caído a pique?

En cuanto a referentes, lo primero que me prima por cualquier tipo de autor es la multiplicidad de búsqueda, de contraste de información. Por mi profesión siempre fui muy autodidacta y priorizo más la información que el seguir autores. Sigo temáticas más que autores. Tomo como referentes a quienes hablan o mantienen una temática o una información concreta durante mucho tiempo. Por ejemplo, en lo que refiere a la cuestión del planteamiento cosmológico, me encanta escuchar a la gente de Globebusters (su administrador es ingeniero en telecomunicaciones, piloto de avión no comercial y da muchas referencias técnicas).

Me empecé a interiorizar en cuestiones de la historia y encontré canales cuyos autores desconozco. Y esta es la magia de la información en la época moderna que vivimos, en donde así como antes se utilizaban seudónimos para firmar libros, hoy uno puede abrir un canal en YouTube o en una red social y no necesariamente poner su nombre. Se empieza a juzgar la información pero, al mismo tiempo, hay que contrastarla, ya que al no tener una autoría y no estar certificada, también se puede caer en la trampa de la postverdad y la sobreinterpretación.

Sobre historia hay varios canales de habla hispana que disfruto, por ejemplo “Revelando el velo”, uno de los canales argentinos de los más prolijos y de los mejores documentados. También me gusta mucho seguir personajes encargados de adoctrinar, los Agentes Smith dentro de La Matrix. Me gusta conocer su bajada de línea. Por ejemplo, sigo al director del Observatorio Astronómico del Vaticano, Guy Consolmagno, a Neil deGrasse Tyson (para ver cuál es la última tontería que dice respecto a una Tierra plana versus una esférica), sigo al canal de la NASA y sus derivados, sigo canales oficiales de agencias espaciales europeas, suecas, alemanas. También sigo canales de cohetería no comercial de los que envían sounding rockets o globos aerostáticos, porque muchas veces aportan datos confirmando telemetría, observación y cálculos para una Tierra Plana, a pesar de que lo hacen con otro propósito, tal vez.

J. Tolan es uno de los referentes en cuanto a cálculos de larga distancia más profesionales que he visto por todas las condiciones que combina, tiene varias disciplinas y en su canal de Youtube muestra observaciones muy precisas con mucho cálculo, utilizando buen equipamiento y lentes infrarrojos.

En relación a libros puedo mencionar “Las 200 pruebas de que la Tierra no es una esfera giratoria” y autores como Samuel Rowbotham o John Carpenter. Hay un montón de literatura, lo que pasa es que en estos temas tenes que ir a gente como Halton Arp, que no era terraplanista pero era un ex empleado de la NASA, un astrofísico de renombre que un día empezó a sospechar de la Teoría del Big Bang (bien hecho, dado que es creada por un eclesiástico como Georges Lemaitre). Empezó a recopilar información y editar libros acerca de que la Teoría del Big Bang era un bulo y empezó a exponer los contraargumentos del famoso corrimiento al rojo de Edwin Hubble. Pero para discutir la cosmología tenes que empezar a conocer un montón de cosas, no tanto a nivel de cálculos y ecuaciones o fórmulas, porque eso ya con Pitágoras y la trigonometría esférica ya está, no hacen falta más cálculos para determinar la curvatura de la tierra. Lo que empezas a necesitar son argumentos contra la astrofísica o la física teórica, o sea, es un poco de números mezclado con Narnia. Hay muchas maneras de explicar un mismo fenómeno u observación, por eso también hay que acudir a ese tipo de autores.

Otros canales que recomiendo son el canal de los hermanos Barea, el canal de Jorge Guerra, uno de los referentes en todo lo que tiene que ver con las familias de poder, tipo nobleza negra, dinastías y demás, y un canal que se llama El Nuevo Desorden Mundial. En mi canal de YouTube hay una pestaña donde muestro los canales a los que estoy suscripto. En pocas palabras, esos son mis referentes. Tanto desde el oficialismo como desde el contraoficialismo.

¿Qué material, ya sea libros, series o películas, recomendas para quienes quieran interiorizarse tanto en el cuestionamiento cosmológico como en aquellos temas que “hacen ruido”?

El tema de películas y series es muy variado pero un clásico obligado es Network de 1976, They Live, The Truman Show, The Matrix (sobre todo las tres primeras).

Recomiendo una serie llamada La Valla, otra francesa llamada El Colapso, Ascension, una serie que sacaron de circulación que ilustra cómo se puede engañar en la simulación de un viaje espacial a toda una comunidad, y Capricorn One, una gran película sobre el falso alunizaje. Sugiero ver todas las películas de Stanley Kubrick porque hablan de ocultismo, sectas, logias, falsedades de la luna y hay una película poco conocida de él “Desde el Jardín”, que habla de cómo la masonería pone puestos de poder políticos.

El canal de ODD TV en Youtube tiene un video con referencias de películas sobre la Tierra plana tanto desde el primado positivo como desde el primado negativo.

Una de las mejores series obligatorias para ver dónde se dirige el mundo es Black Mirror. En ella se abordan cuestiones tales como la inteligencia artificial, el metaverso, el transhumanismo y la vigilancia. 1984 de George Orwell, Un mundo Feliz de Aldous Huxley, Homo Deus de Noah Harari para ver el nivel de perversidad que tiene esta gente… Enter the Void de Gaspar Noé que también considero una película obligada para ver.

Debo tener algún par más en el tintero que ahora no se me vienen a la cabeza, igual las que recomendé tienen mucha data y también es necesario que la persona que vaya a ver ese material, tenga otra información adicional (por ejemplo, saber que Enter the Void viene de El Libro Tibetano de los Muertos, The Truman Show viene de una cuestión de control sociocultural para mantener al rebaño tranquilo que, si bien te lo muestran con un individuo es lo que hacen a nivel colectivo: no dejarte explorar, no dejarte ser vos, no dejarte en libertad, mantenerte engañado todo el tiempo y así sucesivamente). A veces las películas o las series tienen esas cuestiones a tener en cuenta, tal vez primero conviene ver la realidad histórica y luego ir a ver la película. Por ejemplo, los hermanos Wachowski o Cloud Atlas que se relaciona con las reencarnaciones.

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