Historias del lado oscuro: entrevista con Kitty Sanders

Kitty Sanders

Utilicé un método muy raro de investigación que fue poner mi cuerpo, hacer un auto sacrificio, entrar a los burdeles, clubs, agencias de modelos donde se rodaban películas pornográficas, todo con el fin último de profundizar en la trata. Kitty Sanders

Si bien naciste en Rusia, tenes una fuerte conexión con Argentina. ¿Cómo surge tu interés por esta cultura tan diferente a la de tu país de origen?

Nací en la década del 90 en San Petersburgo en las primeras épocas de libertad en Rusia, donde se podía investigar, leer y hablar de todo. No había temas prohibidos y ya en esos momentos me interesaba mucho interiorizarme sobre la historia de América Latina y otros países del mundo, pero realmente me llamaba mucho la atención la historia de los países latinoamericanos como Argentina gracias a su lucha por la independencia y por la libertad. Mi sueño era conocer la Argentina, por eso cuando terminé parte de mi investigación en Europa, viajé a América Latina y desde México hasta Chile recorrí varios países hasta que decidí radicarme en Argentina porque sentía que su gente me ayudaría a rescatar a las chicas de los burdeles. En el país me recibieron con mucho cariño, sus habitantes tienen muy buena onda y creo que están listos para hacer un cambio.

Otra de las razones por las que surgió mi interés por Argentina se debe a que en mi adolescencia vi “Carne” de Armando Bó e Isabel Sarli, una película donde quedan expuestos los problemas de los obreros y de las mujeres que realmente tocó mi corazón y fue uno de los motivos por los cuales comencé mi investigación que quedó plasmada en el libro homónimo.

Estudiaste periodismo, una profesión que debería llevar innato el concepto de su ejercicio con plena libertad. Sin embargo, cuando decidiste que tu tesis sería sobre la prostitución, desde la Universidad se opusieron. ¿Qué sentiste en ese momento?

Cuando en la Universidad me negaron investigar el tema prostitución me dio mucha bronca porque creo que los periodistas tenemos derechos y deberes y uno de los deberes principales es difundir información para la gente, sin importar si daña a algún corrupto.

Cuando Vladimir Putin entró al poder en el año 2000, no solo empezó a cambiar el país por dentro, sino que también empezó a cambiar el espíritu de libertad de los años 90 y censuró la investigación de ciertos temas. Por eso cuando me dijeron que no avalaban mi tesis sobre la prostitución, en lugar de dejar el tema de lado, como buena alumna, decidí encarar una investigación encubierta de esta problemática por mi cuenta cuando terminara la carrera.

Pese a todas las adversidades decidiste continuar con tu investigación, poniéndole incluso el propio cuerpo. ¿Cómo iniciaste este camino de profundizar en temas tan complejos como la trata, la prostitución y la corrupción? ¿A qué conclusiones llegaste?

Cuando me propuse investigar el tema de la prostitución no pensé que llegaría hasta América Latina y hasta el tema de la trata de personas, porque cuando me metí de lleno en la investigación de la prostitución, la trata de personas no estaba tan de moda como ahora. Utilicé un método muy raro de investigación que fue poner mi cuerpo, hacer un auto sacrificio, entrar a los burdeles, clubs, agencias de modelos donde se rodaban películas pornográficas, todo con el fin último de profundizar en la trata.

La explotación del cuerpo puede darse a través de tres ramas: la primera es con fines de explotación sexual, por ejemplo, a través de la prostitución o de fotos y películas pornográficas; la segunda es con fines de explotación laboral y se da en los talleres clandestinos, como trabajo forzado en zonas rurales en época de cosecha y pesca, y también trabajando como mula para transportar drogas dentro del cuerpo a través de las fronteras; y la tercera es con fines de explotación de órganos, es decir, mediante la venta de órganos y partes del cuerpo humano.

Jamás pensé que llegaría a investigar temas como el papel de las funerarias en el crimen de la venta de órganos. Es una cuestión tan grande y tan profunda que requiere mucho tiempo y esfuerzo.

Con gran coraje pudiste decir pública y abiertamente que has sido amenazada por investigar la red de trata de personas. Luego de caer bajo la lupa de personas y organizaciones tan pesadas, ¿de dónde sacaste fuerzas para seguir adelante?

Si querés investigar alguna cuestión criminal como la trata de personas, sí o sí vas a recibir amenazas, porque los criminales no te dejan actuar ni permiten que rompas sus negocios. Mi psiquiatra dice que tengo muchos cambios de personalidad, porque me acostumbré a sentir el peligro y a no tener miedo.

Durante la investigación varias veces me trasladaron en el baúl de un auto y me apuntaron con un arma, me golpearon, me cortaron con un cuchillo, dispararon, me pusieron en un camión de carga donde murieron chicas… realmente me acostumbré a esas situaciones y entendí que en cualquier momento me iba a morir, porque en el mundo criminal la vida no vale nada.

Por eso cuando recibo amenazas pienso en cómo difundir lo antes posible la información que recabé, así no se pierde en caso de que a mí me pase algo. Otra de las consecuencias de estas amenazas es que no puedo tener una familia porque pueden amenazar a mis hijos también, y es algo que no permitiría, pero tengo en claro que es una decisión que tomé desde el momento que decidí dedicarme a esta investigación y lucha contra el delito.

Como si la censura y las amenazas no alcanzaran, también te inmiscuiste en el mundo carcelario femenino. ¿Cómo es la dinámica y el funcionamiento de estos lugares y qué te aportó para tus investigaciones?

El tema carcelario es muy importante. En las cárceles las mujeres profesionales criminales hacen reclutamiento de las chicas jóvenes inocentes y les dicen que sus vidas no valen nada, que van a salir y no van a encontrar trabajo porque todos las van a rechazar, pero que ellas las van a ayudar. Es decir, que cuando queden en libertad se van a encontrar con amigos de ellas que les van a dar trabajo y dinero. Es muy fuerte el reclutamiento que existe en la cárcel de mujeres.

Yo quería investigar este tema con más profundidad, quería entrar no como visitante sino como una reclusa más, una presa, pero por el tema de investigación y por las amenazas, salió mucha información sobre mi cara y el contacto de la Policía Penitenciaria con quien yo tenía un acuerdo para ingresar me dijo que no, que era peligroso porque contaban con información mía y no se podía investigar encubierta, ya que si me reconocían me iban a matar.

Las amenazas de los criminales fueron lo que más daño me hizo. No tanto a nivel psicológico sino porque quería entrar en ese mundo para poder investigar y tratar de romper los enlaces criminales, compartiendo información para la sociedad y ayudando a las mujeres que van a entrar o salir del sistema penitenciario.

Escribiste varios libros y artículos, entre ellos “Carne” (2016) y “Prolegómenos al libro Carne” (2018), involucrándote por más de ocho años en la industria para adultos. Contanos cómo fue el proceso de redacción de estas dos piezas que, a mi criterio, son fundamentales a la hora de entender la lógica de este mundo tan oscuro.

El libro “Prolegómenos al libro Carne” tiene su historia muy específica porque durante la investigación no tuve la posibilidad de anotar y guardar la información de manera virtual porque en esa época no había tecnología tan desarrollada como ahora. Por un lado, fue una ventaja ya que nadie podía comprometerme sacándome fotos y haciéndolas circular por whatsapp para que todos conocieran mi cara, pero por otro lado fue una desventaja, ya que no podía ir anotando y guardando datos en la nube para utilizarlos más adelante.

El único instrumento del que disponía para escribir el libro era mi memoria y las narraciones de algunas chicas que rescaté, con quienes tuvimos contacto a través del correo electrónico. Otras de las fuentes que utilicé para obtener información fue internet, básicamente fotos y videos subidos por diferentes proxenetas. O sea, las tres fuentes que utilicé para escribir el libro fueron mi memoria, las memorias de las chicas rescatadas y material subido a la web.

La idea de este libro es mostrar la lógica del proceso de explotación y esclavización. El libro se divide en dos partes, en la primera se hace un poco de historia y en la segunda se explica cómo actúan los traficantes y los mecanismos que utilizan. Mi idea es dar a conocer cómo piensan los proxenetas y cómo engañan a sus víctimas. Si leen el libro van a entender la lógica de este delito desde sus comienzos hasta la actualidad. Hay mucha data filosófica y psicológica, porque sin esas disciplinas no se puede entender la temática en profundidad. Por eso me tomó mucho tiempo escribir la primera edición de este libro y cuando pensé en publicarlo, varias editoriales se ofrecían a hacerlo pero con algunas censuras. Ciertas editoriales feministas me decían que si en el libro yo decía que todas las mujeres eran santas y todos los hombres malos, me imprimirían una gran tirada, pero decidí que no, que no iba a vender ni mi nombre ni mi libro por una cuestión de dinero. Finalmente, encontré una editorial católica con la que pude editar el libro sin censura, lo que me valió haber recibido varias amenazas desde las redes de trata.

Hay muchos libros dedicados al tema de la prostitución, pero normalmente son libros basados en historias ficticias o tergiversadas por los propios periodistas. No son libros útiles y no representan un peligro para los traficantes porque cuentan una mentira, están basados en estereotipos y están jugando a favor de los proxenetas y de los traficantes, ya que terminan romantizando la prostitución.

Mi libro es un libro muy específico que muestra la lógica y los mecanismos de acción de las redes de trata, por eso es un peligro para ellos y por eso me amenazan. Tenía dos alternativas: o me cambiaba de identidad y la dirección de mi domicilio y me olvidaba de seguir escribiendo o difundiendo estas temáticas, o continuaba siendo amenazada. Pasé 8 años en el infierno, no para que alguien tapara mi boca, entonces decidí seguir con mi nombre y con mis actividades.

En cuanto al libro, ya hay una segunda edición actualizada con tres capítulos más y un capítulo dedicado al tema de amenazas. Recibí un apoyo muy grande de gente de diferentes países y estoy satisfecha por mi decisión de seguir como Kitty Sanders y con la lucha por este delito.

El común denominador de la gente toma contacto con el mundo criminal a través de los medios, pero ¿qué es lo que los medios no cuentan sobre estos temas?

Los medios son como un cuchillo: en las manos de un criminal puede ser letal, pero en las manos de un cirujano va a salvar una vida. Varios medios trabajan para las redes de trata difundiendo mitos, publicando historias amarillas, algunos están romantizando la prostitución para que las chicas jóvenes que están leyendo sobre este tema piensen: “Ay, qué alternativa exótica, qué lindo, voy a hacerlo. Mi cuerpo es mi propiedad, voy a venderlo porque es lo más fácil. Vivimos en el siglo XXI, ¿quién me va a juzgar?”

Por un lado, los mass media exponen muchísima información a favor de las redes de trata publicando los mitos que romantizan la prostitución. Por ejemplo, dicen que las mujeres son secuestradas en autos Jeep Cherokee negros y otras cosas que provocan que se no entiendan los verdaderos riesgos. Difunden que el proxeneta es sí o sí un hombre, pero la mayoría de reclutadores son mujeres.

Y, por otro lado, los mass media están jugando un papel muy importante porque cuando no son corruptos están difundiendo información que cuento yo, por ejemplo, las formas de prevención, los peligros de las redes sociales, los perfiles de proxenetas… Entonces los medios pueden jugar en ambos lados: pueden provocar que chicas y chicos caigan en redes de trata y también pueden ayudar a prevenir este delito.

Kitty Sanders

¿Cuáles son tus planes, periodísticamente hablando, para el futuro?

En primer lugar, dar difusión de información sobre prevención de delitos a través de más medios. Mi segundo plan es brindar más charlas de capacitación para la policía, gendarmería, médicos, trabajadores sociales, pedagogos y otros profesionales, porque son muy pocos los que tienen información o capacitación para combatir el delito de la trata. Mi tercer plan es seguir con mis charlas de prevención para la juventud en colegios, universidades y escuelas. Por último, quiero fomentar y acrecentar las relaciones con la sociedad en general y con algunas organizaciones de Argentina y de otros países para luchar juntos contra este delito de trata y el tráfico de personas.

Por último, dejo el espacio abierto para cualquier otra cuestión que quieras compartirnos. Y desde ya, tus redes sociales para quienes quieran ponerse en contacto con vos.

Quiero agradecerte a vos como periodista responsable porque muy poca gente quiere conocer la verdad sobre esta temática y difundirla. También aprovecho la ocasión para invitar a aquellos que quieran que brinde una charla informativa a contactarme a través de las redes sociales. Y, por último, si alguien está atravesando una situación delicada puede comunicarse al 145, una línea anónima, nacional y gratuita donde los van a orientar sobre los pasos a seguir. Las redes de trata quieren que todos ustedes piensen que están solos, que por todos lados hay corrupción y que nadie los va a ayudar. Eso no es así, hay mucha gente que está dispuesta a ayudar. Si estás en situación de peligro, tenés alguna duda sobre la temática o información sobre algún hecho raro con una amiga o amigo, no dudes en comunicarte conmigo. Todos los problemas tienen solución.

Muchas gracias.

 

Contacto:

Instagram: Kitty Sanders


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