Licenciado en Psicología, Terapeuta de Regresiones y de Cuencos Tibetanos, Rodolfo Jeckeln nos ofrece una perspectiva de abordaje integral para sanar miedos, fobias o situaciones que ya no queremos más. Implementando la técnica del Psiquiátra Norteamericano Brian Weiss, Rodolfo brinda sesiones individuales y personalizadas (presenciales o a distancia) para que el paciente pueda limpiar aquellos aspectos negativos que perturban su vida actual.
¿Por qué decidiste estudiar psicología y de qué manera pensas que tu formación ayuda a las personas?
No tenía bien claro qué quería hacer de mi vida, siempre fui muy hábil para los números, y no muy lector. Comencé con la carrera de Ingeniería Civil y la dejé, estaba algo perdido y pude ver en lo que hacía y amaba hacer, misionar en las villas de Buenos Aires o en pueblos del interior, que cumplíamos de alguna forma en una función de escucha a las personas, de acompañarlas. Así fue que decidí comenzar con la carrera de psicología. La pasión por la misma facilitó que pueda empezar a leer más. Ser psicólogo y las herramientas que fui adquiriendo en la carrera me permiten llegar en muchos casos a las personas y que puedan ver, entender su situación para luego accionar y hacer cambios.
Además de psicólogo te formaste como terapeuta de sonido y de regresiones. ¿Cómo se vinculan estás dos técnicas con tu carrera principal?
La terapia de Regresiones fue la que inició todo el cambio a lo holístico espiritual. Hoy aplico la terapia de Regresiones y puedo ver cómo se transforman las personas, los cambios que se producen. Se puede decir que no hago psicología convencional, donde las personas vienen todas las semanas y hacen algún tipo de terapia o tratamiento largo en el tiempo. Es una terapia mucho más enfocada y se trabaja una temática puntual que se quiera resolver. A veces se resuelve en una sesión, dos o algunas más. Luego llegué a los cuencos, la experiencia en una armonización grupal, con cuencos tibetanos y de cuarzo, sintiendo esos sonidos por primera vez. Deseaba formarme sin tener mucha idea que haría con los mismos. Fue así que terminé la formación en terapia de sonidos y tenía los cuencos, pero ahí los dejé un tiempo. A los pocos años pude comprobar lo poderosos que son. Recuerdo un primero de mayo en Santiago del Estero, muy cansado de viajar, y unas personas que deseaban tener sus sesiones de regresiones. Todo el día con actividades, a la última persona que le aplico la técnica de regresiones, no le hago cuencos previamente y no conectó, pero sí había logrado conectar unos meses atrás. Y pensé que esta no conexión fue por la falta de los cuencos. Y siempre pude ver que personas a las que se les dificultaba conectar, luego de los cuencos, podían hacerlo. Ese fue el comienzo de aplicarlos siempre antes de las Regresiones, van de la mano, ayudan y facilitan que la persona entre en un estado de relajación óptimo. También armonizan y equilibran los chakras, los centros energéticos del cuerpo.
¿Qué beneficios otorgan las sesiones de cuencos Tibetanos? ¿Qué cambios se produce en el paciente que recibe esta técnica sanadora?
Los cuencos tibetanos trabajan sobre los distintos cuerpos más sutiles que tenemos, facilitando la afinación de los centros energéticos. Muchas enfermedades se establecen primero en esos cuerpos y luego se instalan en el cuerpo físico. Existen siete chakras principales o centros de energía, los que por momentos, gracias a nuestras dificultades y problemas, pueden comenzar a funcionar de forma poco armónica. El sonido y la vibración de los cuencos facilita que los mismos puedan volver a su frecuencia anterior sana.
¿Cómo conociste a Brian Weiss y qué te llevó a estudiar su tan maravillosa y a la vez controvertida técnica de regresiones a vidas pasadas? ¿A quiénes está dirigida y qué se busca sanar a través de la misma?
Hice unos talleres de chamanismo y reiki y en aquel momento la Chamana me habló mal de las regresiones por una experiencia que había tenido. Entonces al decirme que no, más ganas tuve de conocer al respecto. Tiempo después me llegó un email de una formación y hacia allí fui. Una gran experiencia y el inicio de todo lo que estoy haciendo hace ya unos 13 años. Luego del curso comencé a conocer los libros de Brian Weiss, los pude leer a todos, a los que sumé otros autores. Al año de formado pude conocer personalmente a Weiss y compartir una experiencia grupal, con una regresión muy liberadora y transformadora. La terapia de regresiones es para casi todas las personas, algunas conectan más que otras, algunas necesitan tal vez algo de práctica y a través de la misma, la idea es ir a los momentos del pasado (infancia, útero, vidas pasadas) donde el inconsciente sabe dónde llevarte, y allí accedes, reviviendo esos momentos, que están hoy perturbando. Muchas problemáticas actuales como bloqueos, pueden venir de otras vidas. Se pueden trabajar temas como ansiedad, ataques de pánico, depresión, trastornos de personalidad, problemas relacionales, enfermedades psicosomáticas, miedos o fobias, dolores en el cuerpo, abusos, adicciones y otras.
Como profesional que se dedica a preservar la salud mental de las personas, ¿qué cambios a nivel psicológico has podido observar desde que se decretó la mal llamada pandemia por covid-19 en marzo de 2020? ¿Por qué crees que en los medios no se habla de las enfermedades o desórdenes mentales, producto de las descabelladas medidas tomadas en base a esta supuesta situación de emergencia sanitaria mundial?
Muchos cambios psicológicos se han dado en todo este tiempo. La mayor parte de las personas que han estado más ansiosas o se les han despertado situaciones de pánico, muy posiblemente, el estar encerrados sin poder salir de sus casas y pensando que hay algo afuera que los puede matar, los llevó inconscientemente a conectar con vidas pasadas de guerra o de pandemia anteriores. Lo que vivenciaron en esas vidas lo volvieron a traer al aquí y ahora y es muy necesario hacer un trabajo de regresiones para liberarlo. El nivel de suicidios debido a la “plandemia” es alarmante, la desesperación como la depresión están en gran parte de la población. Por ejemplo, desde el inicio de la “plandemia”, en edificios o consorcios, la forma de reacción de muchos vecinos ha sido la de condenar al enfermero o médico por estar en contacto con enfermos, ya que es muy posible que podamos morir por estos profesionales de la salud que se van a contagiar. En toda esta situación, un aspecto que no han sabido manejar a nivel sociopolítico y aún persiste es la ausencia completa de los profesionales de la salud mental.
Teniendo en cuenta la situación actual donde aún seguimos recibiendo los coletazos de la mal llamada pandemia por covid-19 ¿Qué rol crees que juegan los medios y la presión social en la salud mental de la población? ¿Cómo se puede combatir el egregor del miedo, tan arraigado en la sociedad?
El rol de los medios ha sido muy importante, todo lo que allí se dice, se repite constantemente. Es constante el miedo que inoculan, con los nombres de las variantes, con los números que luego de dos años están en todos los canales, diciendo cuántos se contagiaron hoy, cuántos han muerto, etc. Se muestra una información que no sabemos cuánto de cierto hay en ella y se oculta muchísima otra información. En los medios masivos no vemos los grandes movimientos en todo el mundo, tampoco vemos los verdaderos datos de los efectos adversos y de muertes con las vacunas. Creo que hay una bajada de línea en cuanto a la información en todo el mundo por igual, ya partiendo de las leyes que se votaron en todos los países aprobando de forma apresurada la aplicación de las vacunas. Es muy complejo combatir el miedo. La propuesta más concreta y transformadora frente a los medios y lo que generan, es contar con algún espacio donde podamos expresarnos no desde el enfrentamiento si no desde la ridiculez o absurdo absoluto sobre lo que va ocurriendo. A las personas cercanas o en mis primeros encuentros grupales que comencé a realizar en febrero pasado en distintas partes del país, siempre aclaré e informé sobre el uso del dióxido de cloro y otros, con el fin de estar libres de la enfermedad, llevando tranquilidad y que puedan tener un elemento que los proteja de alguna forma.
Además de un cuerpo físico todos tenemos un cuerpo emocional y otro mental. Cuando se produce alguna alteración o desequilibrio en alguno de ellos, puede aparecer una enfermedad. Para estar saludables, por ende, debemos cuidar los tres cuerpos. ¿De qué forma podemos mantener la higiene mental y evitar, así, desórdenes tardíos? ¿Qué importancia tienen los afectos y los vínculos para mantenernos sanos?
Es muy importante poder sentirse seguro con algo, los medios y la élite, han querido darle seguridad a las personas con las vacunas, proporcionando información falsa en cuanto a su efectividad. Igualmente, el miedo como las demás conexiones de vidas pasadas de forma inconsciente, son las que luego pueden establecer algún tipo de síntoma o enfermedad en el corto o largo plazo. Los afectos son muy importantes en esta situación que estamos viviendo, aunque a veces puede ocurrir que algunos estén de un lado de la grieta generada por los que se vacunan y por el otro los que no se vacunan, siendo muy doloroso estar enfrentado con familiares y amigos por las diferencias de pensamientos. El plan, además de la reducción de la población, es el enfrentarnos unos a otros. Es muy importante estar con los demás desde la postura que fuere y que la grieta vacuna-no vacuna pueda eliminarse para que juntos y unidos podamos hacer frente a los medios, a los políticos y a la élite.
El hecho de padecer una enfermedad (ya sea tanto en el plano físico como mental o emocional) lleva a muchos profesionales de la salud a medicar a sus pacientes. ¿Qué opinas al respecto? ¿Existe otra forma de abordar los desequilibrios evitando o aminorando el consumo de sustancias químicas?
En los últimos 20 años los psiquiatras han ido medicando frente a la ansiedad y otros trastornos, a mí entender, en exceso. He podido comprobar lo que fui aprendiendo en distintas escuelas de limpiezas energéticas y cómo uno logra grandes cambios para bien. Por ejemplo, luego de varias de estas limpiezas pude ver que un adicto al Paco logró dejar su adicción, o una paciente con trastorno de personalidad paranoide e internada en una clínica de día, fue dada de alta. Por un lado, las limpiezas energéticas y, por otro, las regresiones, pueden ayudar mucho a la paz mental, reduciendo las dosis de psicofármacos. Siempre sostengo que la medicación se debe consumir como fue recetada, y que luego de las limpiezas o regresiones, el psiquiatra analice a la persona y evalúe si continúa o reduce la medicación. Jamás indico a un paciente que la deje.
En algunos casos la gente acude a un especialista de manera temprana para abordar temas puntuales o cuestiones menores, pero en otras asiste cuando el problema ya es inmanejable. ¿Cuándo consideras que una consulta es a tiempo y qué le aconsejarías a aquellos que esperan a último momento para pedir ayuda?
El día que la persona llega es el día que tenía que venir. Puede que se haya demorado en tomar la decisión o no, pero que ni bien le llegó la información, decidió consultar. Por un lado, si hay sufrimiento, un síntoma, una problemática, la persona arrastra todo ese dolor. Por un tiempo, algunos encuentran posibilidades de estar mejor o sobrellevar ese dolor en actividades como el yoga, la meditación, herramientas desde las psicoterapias (Gestalt, Cognitivismo y demás), arte y demás. Con las regresiones se logra sanar completamente ese síntoma o problemática, llegando al núcleo. Revivir la situación de esa vida pasada que genera hoy el síntoma actual, facilita la liberación de eso que está estancado en el espíritu, en el inconsciente. Desde lo karmático, es el aprendizaje que hemos venido a transitar aquí y se nos presenta constantemente. Una forma de sanar es pasando por varias vivencias similares o hacer la terapia de Regresiones. También puede que un acto desinteresado enfocado en lo karmático se resuelva hablando de ese tema, como el no poder tener hijos, más cuando en otras vidas esa misma persona ha matado niños. Por ejemplo, tomemos como caso un chef que en su infancia tuvo un accidente con un caballo, generándole grandes problemas en su aparato reproductor, dónde los médicos anticiparon que no podría ser padre. Una navidad el maestro del chef le pidió colaboración en una cena navideña para niños de la calle, y así con esa acción totalmente desinteresada logró revertir lo karmático que traía, pudo sanar y al poco tiempo fue padre (sin querer serlo en ese momento) y años después volvió a ser padre. Tenemos muchas formas de sanar, una de ellas es mediante la terapia de Regresiones. Hay que animarse a pasar por esa experiencia que puede ser transformadora e implicar un antes y un después. Imaginate que perdes el miedo a volar en avión, ya vas a poder viajar a esos lugares que hace años añoras conocer.
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