La alimentación es un tema relevante, sin lugar a dudas. Pero la alimentación saludable no es un tema que nació en los últimos tiempos, sino más bien una cuestión a la que siempre se le debió prestar atención. No se trata del último grito de la moda o de un mecanismo a aplaudir de los políticos para sancionar una medida que impacte positivamente en la sociedad, luego de haber tenido a la población bajo un régimen de encierro y coartando todo tipo de derechos y libertades durante más de un año y medio, so pretexto de la “pandemia” por covid-19. En definitiva, cualquier medida que distraiga de un contexto donde la mayoría de los argentinos se encuentra debajo de la línea de pobreza parece un manotazo de ahogado en medio de un proceso electoral inminente o, lisa y llanamente, una tomada de pelo.
La Ley de Promoción de la Alimentación Saludable* en Argentina fue aprobada por la Cámara de Diputados de la Nación el miércoles 27 de octubre de 2021. Esta ley -también conocida como Ley de Etiquetado Frontal- establece disposiciones por las cuales se debe advertir en los envoltorios de alimentos y bebidas sobre los excesos de ciertos componentes como grasas o azúcares, a la vez que prohíbe incluir personajes infantiles, animaciones, dibujos animados o mascotas en el packaging.
Ahora bien, se alerta sobre el exceso de grasas o azúcares y se quitan los personajes que promocionan los productos, como el caso del Tigre de los cereales de Zucaritas o el conejo del cacao en polvo Nesquik, sin embargo, los productos siguen estando en las góndolas. Entonces, ¿qué es lo que verdaderamente estamos combatiendo con esta ley? ¿Es una animación la responsable de que los niños ingieran azúcares por demás o son los padres los que deciden por ellos? ¿La gente va a dejar de consumir algunos productos sencillamente porque se modifica su packaging y no su contenido nutricional? Además, todos estos alimentos que se pretenden maquillar con etiquetas, ya tienen en su envoltorio información nutricional, incluso con medidas y cantidades de nutrientes y con porcentajes de consumo sugeridos.
Puntos principales del proyecto
– Advierte a consumidores sobre los excesos de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, a partir de información clara, oportuna y veraz;
– Los alimentos y bebidas analcohólicas envasados y comercializados en la Argentina deben colocar leyendas como «Exceso en azúcares», «Exceso en sodio», «Exceso en grasas saturadas», «Exceso en grasas totales», y/o «Exceso en calorías»;
– Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud;
En primer lugar, habría que analizar qué es un exceso. ¿Quién lo define, en base a qué criterios o parámetros? ¿Cuáles son las fuentes o evidencias científicas para suponer que los componentes mencionados en la ley son los únicos a ser etiquetados? La representante de la Organización Panamericana de la Salud y la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas (OPS/OMS) en Argentina, Eva Jané Llopis, afirmó que esta Ley de Promoción de la Alimentación Saludable constituye un hito histórico para la mejora de la alimentación en la salud pública y en la protección de los derechos de niños y adolescentes. Lo que se omite decir, que es tan o más importante que la propia ley o los prometedores etiquetados, es que la OMS fue la Organización que de buenas a primeras modificó el concepto de “pandemia”, con el fin de adaptar la situación sanitaria por el Covid-19 y declararla como tal. Esta misma Organización que cambia con escaso criterio científico cualquier asunto que obstruya sus cometidos, está financiada por los aportes de sus Estados miembros, así como de contribuciones voluntarias que provienen de otras organizaciones internacionales, entidades privadas, ONG y Universidades que, desde ya, responden a los mismos intereses. A su vez, la OPS es financiada por la propia OMS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates, la ONG GAVI Alliance (promotora de vacunación a cargo de Bill Gates) y la ONG Vaccine Ambassadors (Embajadores de la Vacuna), entre otros.**
– Promueve la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles;
– En caso de contener edulcorantes, el envase debe contener una leyenda precautoria inmediatamente por debajo de los sellos de advertencia con la leyenda: “Contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as”;
– En caso de contener cafeína, el envase debe contener una leyenda precautoria inmediatamente por debajo de los sellos de advertencia con la leyenda: “Contiene cafeína. Evitar en niños/as”;
¿Cómo prevenir enfermedades no transmisibles si los productos en cuestión están al alcance de la mano? Para combatir la malnutrición se necesita mucha más información que una bonita etiqueta. Se necesita capacitación, programas educativos y medios económicos que permitan acceder a los alimentos saludables de los que tanto se llenan la boca. Porque con sueldos magros o planes endebles no solo la alimentación se ve perjudicada, sino la mismísima dignidad de la población toda se encuentra en peligro.
– Se prohíbe que los alimentos y bebidas analcohólicas que contengan algún sello de advertencia incorporen en sus envases información nutricional complementaria, logos o frases con el patrocinio o avales de sociedades científicas o asociaciones civiles, personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas, etcétera;
– Se prohíbe toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de los alimentos y bebidas analcohólicas envasados con al menos un sello de advertencia que esté dirigida especialmente a niños, niñas y adolescentes;
– Se prohíbe resaltar declaraciones nutricionales complementarias que destaquen cualidades positivas y/o nutritivas de los productos;
– Se prohíbe incluir personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas, elementos interactivos, la entrega o promesa de entrega de obsequios, premios, regalos, accesorios, adhesivos, juegos, descargas digitales, o cualquier otro elemento, como así también la participación o promesa de participación en concursos, juegos, eventos deportivos, musicales, teatrales o culturales;
¿Cuáles son los argumentos de peso para quitar personajes y dibujos del envoltorio de aquellos productos de trayectoria con los que el consumidor identifica a la marca? ¿Qué tiene que ver la identidad o la asociación mediante la cual se ha generado un vínculo meramente visual si la composición nutricional no se verá alterada? En definitiva, nuevamente estamos ante una medida de cotillón por la cual medios, políticos y profesionales de la salud se jactan de sus numerosos beneficios, cuando en realidad, si no se modifican los ingredientes del producto ni se lo retira del stand, será consumido a gusto y piacere como hasta ahora.
– Se prohíbe la promoción o entrega a título gratuito;
– El Consejo Federal de Educación deberá promover la inclusión de actividades didácticas y de políticas que establezcan los contenidos mínimos de educación alimentaria nutricional en los establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario del país;
– Los alimentos y bebidas analcohólicas que contengan al menos un sello de advertencia no pueden ser ofrecidos, comercializados, publicitados, promocionados o patrocinados en los establecimientos educativos del Sistema Educativo Nacional;
Si la idea es que el consumidor elija de manera consciente, ¿por qué se prohíbe la entrega de ciertos productos a pesar de incluir en su envoltorio la leyenda octogonal que tanto pregonan? Si estos alimentos se retiran de los establecimientos educativos pero siguen permaneciendo en kioskos, supermercados y comercios, ¿cuál es el punto a favor? ¿Perjudicar a los fabricantes y toda la cadena de trabajo que la elaboración de ese alimento conlleva? Como dije más arriba, si el fin que se persigue es el de una alimentación más saludable, las medidas que están tomando distan mucho de acercarse al objetivo final.
¿Qué comemos cuando comemos?
Aun cuando optamos por no consumir alimentos procesados, es importante tener consciencia sobre qué estamos consumiendo cuando nos llevamos un producto a la boca. Es moneda corriente creer que una alimentación saludable debería incluir frutas y verduras, por ejemplo, sin embargo, estos cultivos son tratados con pesticidas: agentes químicos o biológicos que se usan para protegerlos de insectos y enfermedades.
Si bien con la Ley de Alimentación Saludable se propicia la prevención de la malnutrición y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles, paradójicamente, cuando ingerimos una lechuga o una manzana, nos vemos expuestos a una inmensidad de estos agroquímicos, cuya población más vulnerable, justamente, es la misma que esta ley intenta preservar o cuidar: los niños.
La impúdica compañía alemana químico-farmacéutica Bayer absorbió a Monsanto, empresa multinacional estadounidense fabricante de agroquímicos y biotecnología destinados a la agricultura, responsables de poner en jaque a gran parte de la población mundial, no solo por la cantidad de pesticidas con los que fumigan los cultivos y la soja, sino por la comercialización de medicamentos varios.
Volviendo al tema principal, en lo que a alimentación atañe, cabe destacar que esta compañía utiliza el herbicida Roundup, cuyo principio activo es el glifosato, un contaminante de primerísimo nivel. Y entre otras cuestiones, también colabora con la OMS a través de la donación de medicamentos. En pocas palabras, lo que vulgarmente se conoce como “todo queda en familia”.
Mención aparte merece la industria ganadera y las granjas: instalaciones a gran escala donde los animales se crían para la extracción de su leche o huevos, se engordan para obtener su carne y luego se sacrifican. Por supuesto, nada de esto es natural, desde el uso de inseminación artificial de las hembras hasta los alimentos no naturales que se les dan y los depósitos con iluminación y ventilación artificial en los que están confinados. En la mayoría de los casos, esto es el producto final que llega a nuestras mesas.
¿Les suena a “Saludable”? Creo que deberíamos revisar el concepto.
Paralelismos con el tabaquismo
Este asunto me recuerda al caso de otra industria tan polémica como la tabacalera. En la década de 1920 se fomentaba el consumo de cigarrillos en todos los ámbitos: actores, deportistas e incluso médicos le hacían publicidad para posicionarlo como un producto de status y elegancia. Pero hubo un giro a nivel mundial en la concepción del fumar. En nuestro país, la Ley 26.687***, sancionada en 2011, se promulgó con el fin de regular la publicidad, promoción y consumo de los productos elaborados con tabaco a los fines de la prevención y asistencia de la población ante los daños que produce el tabaquismo. Al igual que con la Ley de Etiquetado Frontal, se modificó el packaging de los atados de cigarrillos, incluyendo en los mismos imágenes tales como una pierna gangrenada o un pulmón negro, producto del consumo de tabaco. Pero, ¿se dejaron de vender cigarrillos? La respuesta la pueden obtener yendo a la ventanilla de cualquier kiosko.
La Ley de Alimentación Saludable y la Agenda 2030
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue adoptada el 25 de septiembre de 2015 por la Asamblea General de la ONU. Se trata de un plan de acción que supuestamente vela por las personas, el planeta y la prosperidad, y cuya intención es fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Dentro de sus 17 Objetivos, uno de ellos consiste en Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Lo interesante en este punto es analizar cómo ciertas Organizaciones aúnan sus fuerzas para colaborar con esta particular agenda. Tal es el caso de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que, a través de su iniciativa denominada “Comprometidos” busca involucrar activamente a jóvenes de América Latina y el Caribe con la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En 2020, en el contexto por la “pandemia” de Covid-19, UNESCO Montevideo, Ashoka y Socialab, con el apoyo de Nestlé, DirectTv y ESET, diseñaron un ciclo especial de “Comprometidos”. Durante tres meses se implementó una academia virtual para la cual se convocó a 100 jóvenes de la referida comunidad, quienes participaron en una plataforma colaborativa de intercambio y recibieron mentorías. En la jornada de despedida fueron abordados tres ejes conceptuales: acción medioambiental, salud y alimentación y brechas. Por supuesto y como lo exponen abiertamente, todos ellos parte de la Agenda 2030.
Desde Consciente Colectivo, un espacio de activismo y militancia cuyo objetivo es incidir en la consciencia colectiva y en las decisiones políticas, manifiestan haber utilizado diversas estrategias para que el proyecto de Promoción de la Alimentación Saludable haya resultado en ley. Dentro de las acciones de este grupo de jóvenes, cabe destacar el trabajo en coalición con diferentes organizaciones como la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps) (financiada nada más y nada menos que por la OMS, UNICEF y la Embajada Británica en Buenos Aires, entre otros) y la puesta en marcha de la plataforma digital “Activá el Congreso” exigiendo al Congreso de la Nación que sancione la Ley de Etiquetado Frontal.
En resumen, son siempre las mismas Organizaciones las que están detrás de los mismos objetivos. Ayudar a la gente a través de la implementación de medidas igualitarias o equitativas, sigue siendo una mera expresión de deseo.
¿Se puede aplaudir una ley de alimentos etiquetados para conocer su composición en el seno de un país cada día más empobrecido, donde gran parte de su población no tiene siquiera acceso al agua potable o a un plato de comida? ¿Es válido tanto maquillaje social cuando la realidad explota por todas partes? Con tanta payasada mediática, publicidad a favor de leyes mediocres y personajes de la farándula haciéndose eco de la situación, el día que en este país se sancione una ley donde verdaderamente beneficie a la mayoría, seguramente no revestirá carácter de noticia, no saldrá en la portada de los medios ni tendrá reconocidos embajadores dándole difusión.
* https://www4.hcdn.gob.ar/dependencias/dsecretaria/Periodo2021/PDF2021/TP2021/1113-D-2021.pdf
** https://open.paho.org/2020-21/contributors
*** https://www.argentina.gob.ar/justicia/derechofacil/leysimple/consumo-de-tabaco
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2 comentarios
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