20 de septiembre – Día Mundial de la Libertad de Expresión del Pensamiento

El 20 de septiembre se conmemora la Brecha de Porta Pía en Roma, acontecimiento histórico por el cual en 1870 las fuerzas patrióticas italianas derrotaron a las fuerzas del Vaticano, aliadas al Imperio francés. Es decir, esta fecha significó el evento final del largo proceso de unificación italiana conocido como Risorgimento.

Pero, ¿en qué se relaciona este evento con el Día Mundial de la Libertad de Expresión del Pensamiento? Ambos acontecimientos están conectados en el sentido de que abogan por el derecho a expresar nuestras opiniones con total libertad. La brecha simboliza un momento decisivo en la historia italiana, donde se afirmó el derecho a un estado secular frente a la autoridad del Vaticano, dando lugar, también, a la libertad de expresión y a la pluralidad de voces en el país. En pocas palabras, tanto la Brecha de Porta Pía como el Día Mundial de la Libertad de Expresión del Pensamiento resaltan la importancia de garantizar que todas las voces sean escuchadas y que las estructuras de poder no silencien las opiniones disidentes.

Por eso, hoy, más que nunca, esta fecha nos invita a reflexionar sobre cómo la libertad de expresión, tanto en el ámbito político como social, es un derecho fundamental que debemos defender con uñas y dientes. Como seres responsables de construir nuestro propio entorno y co-crear nuestra realidad, es nuestro deber elegir la calidad de la información que queremos consumir. El hecho de exponer una opinión opuesta al discurso oficial no debiera ser sinónimo de censura, ya que, en definitiva, el silenciamiento es un verdadero atropello a la humanidad.

El peligro de alzar la voz

Si me preguntan qué está en juego con este mecanismo manipulador, creo que, a grandes rasgos lo que peligra es la dificultad para comprender un asunto en toda su multidimensionalidad. El velo que se interpone entre los formadores de opinión y la verdad tiene capas cada vez más gruesas porque, ciertamente, estos influencers de la mentira pretenden que veamos a aquel que nos ofrece una perspectiva diferente como un “loquito negacionista”. En vez de señalar a quiénes responden o a qué interesen representan, su discurso sin fundamentos siempre está enfocado en desmerecer al otro.

A esta altura, lo que más debiera preocuparnos es el peligro inherente al discurso único, ese discurso tallado a imagen y semejanza de los dueños de los medios de comunicación basura por los que emana tanta cloaca desinformativa. Porque, en definitiva, si bien ellos no suelen ser la cara visible y operan desde las sombras, son accionistas (o reciben una ingente cantidad de dinero en concepto de publicidad) de todos los productos y servicios que sus influencers a sueldo pregonan en sus mismos medios: desde medicamentos y vacunas para envenenarnos, hasta alimentos ultraprocesados para dañar nuestra salud.

En pocas palabras, está en cada uno aprender a discernir y empezar a mover las fichas del propio tablero con total soberanía. Podemos comenzar por dar a conocer esta fecha y concientizar acerca de estos acontecimientos históricos que sentaron la base de un derecho tan elemental como la Libertad de Expresión del Pensamiento, derecho que hoy está en jaque y amenazado por todos los frentes.

 


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