Hoy me encontré con este texto que llamó poderosamente mi atención y deseo compartirlo con ustedes:
La bicicleta es la muerte lenta del planeta
Un banquero hizo que los economistas pensaran esto cuando dijo:
- Un ciclista es un desastre para la economía del país: no compra coches ni presta dinero para comprar.
- No paga pólizas de seguro.
- No compra combustible, no paga para llevar el auto a mantenimiento y reparación necesario.
- No paga estacionamientos.
- No causa accidentes graves.
- No necesita grandes infraestructuras, ni autopistas con muchos carriles.
- No padece de sobrepeso.
Las personas sanas no son necesarias ni útiles para la economía ya que no compran medicamentos, no van a hospitales ni visitan asiduamente a los médicos y no aportan nada al PBI del país.
Por el contrario, cada nuevo restaurante de comida rápida crea al menos 30 puestos de trabajo: 10 cardiólogos, 10 dentistas y 10 expertos en dietas y nutrición (además de las personas que trabajan en el propio negocio).
Elegí bien: ¿Ciclista o McDonald’s? Vale la pena pensarlo.
PD: Caminar es aún peor ya que los peatones ni siquiera compran una bicicleta.
Esta interesante reflexión me lleva a profundizar en dos cuestiones: la primera, me remite indefectiblemente a la Agenda 2030. La segunda, me recuerda los comienzos de la “pandemia”.
Agenda 2030
Si tomamos en consideración que en el armado e implementación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible participan de manera activa políticos, empresarios y filántropos, no es de extrañar que tanto banqueros como economistas adhieran abiertamente a ella. (*)
Detrás de una falsa premisa que promete erradicar la pobreza o promover la salud y el bienestar, se esconden realidades bastante oscuras que bien podemos entrever en el texto que acabo de compartir.
De pronto, andar en bicicleta, una actividad que promueve la verdadera salud y el bienestar que tanto pregonan, pasó a ser un pasatiempo demoníaco. Con este simple ejemplo se pone de manifiesto una de las tantas incongruencias entre lo que sostienen y lo que realmente buscan.
“Pandemia”
Cuando comenzó el confinamiento mundial a comienzos de 2020, las actividades humanas se dividieron arbitrariamente en dos grandes grupos: esenciales y no esenciales. Dentro de las primeras, casualmente, se incluían las cadenas de comidas rápidas. Por el contrario, dentro de las segundas, se encontraba la actividad física, actividad que estaba totalmente prohibida.
Mientras los fast food fueron considerados esenciales y necesarios para la vida, los gimnasios bajaron sus persianas durante meses. Sin embargo, a la masa anestesiada pareció no haberle hecho ni el más mínimo ruido.
Conclusión
Cada vez que escuchen los discursos o bajadas de línea de personajes con cierto poder, presten mucha atención y empiecen a pensar y cuestionar por ustedes mismos si todo lo que exponen es realmente en beneficio del ciudadano a pie.
¿O acaso todavía hay algún ingenuo que cree que durante el 2020 nos confinaron pura y exclusivamente para cuidar nuestra salud?
(*) Para profundizar sobre la Agenda 2030, hay varios artículos en mi sitio web
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