«Palabra Plena»: tendiendo puentes entre la psicología y la comunicación

Palabra Plena obra teatral

“Somos humanos en tanto habitamos un mundo de palabras. Un mundo lleno de seres y paisajes que no veremos jamás, y sin embargo nos recorren. Dar la palabra es darse uno mismo, siempre y cuando no se trate de una palabra vacía. No siempre que hablamos decimos algo de nosotros. La única palabra importante es la que lleva nuestra sangre. La que nos modifica una vez pronunciada. Esa es una palabra que nos compromete y nos define. Esa es una palabra plena. El mundo nos incita a hablar por hablar. Sin decir nada. ‘Palabra plena’, en cambio, nos desafía a pensar, a transitar el laberinto de nuestro propio enigma intentando evitar las trampas de la comodidad. Porque las cosas importantes de la vida son incómodas. Caminamos entre el amor y la pérdida, la felicidad y la angustia, la esperanza y el deseo. Siempre de la mano de la palabra. La palabra es abismo. Es al mismo tiempo herramienta y conflicto. Comunicación y malentendido. Verdad y mentira. Habitamos en la confusión. Y en esa confusión nos jugamos la vida”. Gabriel Rolón

El viernes 15 de diciembre tuve el agrado de ir a ver “Palabra Plena”, una adaptación teatral en la que se abordan muchas temáticas ejemplificadas en un caso clínico de la vida real: desde un duelo angustiante y una pérdida irreparable a una situación traumática… les aseguro que es imposible no sentirse tocado en varios pasajes de la obra. Y aunque no estaba en mis planes darme una vuelta por el teatro, cuando me enteré que Gabriel Rolón volvía al centro porteño, no dudé un segundo en adquirir las entradas.

Debo confesar que transmitir en unas líneas aquellas sensaciones y enseñanzas que me dejó la obra es como querer explorar la totalidad del cosmos con un simple telescopio. Sin dudas, estaría dejando una inmensidad de aspectos de lado y con “Palabra Plena” me sucede lo mismo. Pero haré el intento.

Ingresé al Teatro de manera puntual y mientras buscaba la butaca para acomodarme, una orquesta ambientaba el recinto con música en vivo, oficiando como anfitriona del evento. A los pocos minutos, con gran expectativa y ante un teatro colmado, finalmente Gabriel Rolón salió a escena y, entre aplausos y ovaciones, nos invitó a recorrer un mágico viaje hacia la reflexión y el autoconocimiento, sumergiéndonos en un mundo donde las palabras adquieren un poder transformador.

Antes de hablar del espectáculo en sí, me permito hacer una salvedad: “Palabra Plena” carece del gran despliegue de escenografía, vestuario, u otros pomposos adornos dignos de aquellas actuaciones cuya finalidad es deslumbrarnos visualmente, sencillamente porque su mensaje no consiste en llamar la atención de la vista sino en conmover la profundidad del alma. Demás está decir que Rolón tiene una facilidad asombrosa para transmitir de manera accesible aquellos conceptos del mundo de la psicología que nos resultan complejos de entender o que nos son totalmente ajenos, y por eso no necesita más que un micrófono para deleitarnos.

Gabriel Rolón

Junto a Carlos Nieto, director de la obra que actúa como paciente y muestra cómo es la dinámica dentro del consultorio, la palabra cobra sentido en ese diálogo angustiante con el terapeuta, poniendo de manifiesto a un hombre desorientado y por momentos ofuscado que, a pesar de su dolor, busca incansablemente sanar las heridas emocionales de la infancia.

Con este atrapante guión, Rolón nos invita a explorar la riqueza y el significado oculto detrás de cada expresión, gesto y silencio. Las escenas con el paciente se convierten en un espacio donde las emociones se entrelazan con las palabras, creando momentos de verdadera tensión. Y es precisamente gracias a estas historias conmovedoras, anécdotas reveladoras y reflexiones profundas, que la obra revela la magia intrínseca de las palabras en tanto herramientas lingüísticas y portadoras de emociones, sanación y comprensión.

“Palabra Plena” entretiene y deslumbra, pero también despierta la conciencia sobre la importancia de la comunicación genuina. Cada escena es un recordatorio de que las palabras tienen el poder de sanar heridas, construir puentes y conectar almas.

Si querés disfrutar de un evento que desafíe las convenciones teatrales y combine, a la vez, elementos de la psicología con sutilezas artísticas, “Palabra Plena” es para vos.

 


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