Los representantes del poder hegemónico, so pretexto de justificar sus privilegios y perpetrar sus inclaudicables poderes, nos han vendido una versión de la gesta sanmartiniana amoldada a sus intereses. Saquémonos los velos y descubramos la historia que nos han ocultado.
Según los relatos que recibimos desde pequeños en la escuela, la Revolución de Mayo, en pocas palabras, fue un proceso impulsado por un grupo de criollos revolucionarios de Buenos Aires, que concluyó con la destitución del virrey español Cisneros y su reemplazo por una Junta de Gobierno local en 1810.
Sin embargo, la historia oficial pretende engañarnos con una narrativa ficticia, inventada, tergiversada, ya que nuestra historia es una gran operación de contrainteligencia donde los buenos parecen malos y los malos parecen buenos. La Revolución del 25 de Mayo fue lisa y llanamente una Revolución de la burguesía criolla, íntimamente vinculada a los intereses británicos. Y en este punto resulta importante introducir la figura del General José de San Martín, figura muy relacionada con las logias y los intereses británicos, y endulzado hasta el hartazgo por los libros más diversos.
Pero, ¿quién fue realmente José de San Martín? ¿El “libertador” de América? ¿El gran “independentista” que nos contaron en la primaria? ¿O un hombre que respondía a intereses de funcionarios, burócratas y políticos británicos?
A San Martín podríamos definirlo como un estratega, un hombre influyente que supo codearse en tiempo y forma con personalidades destacadas de la sociedad inglesa de fines del siglo XVIII y parte del siglo XIX. Como buen oportunista, trabó “amistad” con varios militares, comerciantes y diplomáticos a lo largo de su vida, quienes le dieron más que el puntapié inicial para ir ganando confianza en las esferas más altas.
Veamos quiénes fueron algunos de estos personajes.
Lord Macduff, un noble escocés, y Sir Charles Stuart, un diplomático británico que servía en España, tramitaron a San Martín su viaje a Londres. MacDuff, además, financió sus viajes a América.
Podemos afirmar que el General siempre estuvo “apadrinado” en cada evento o situación importante de su periplo americano. Como ejemplo de ello cabe citar a los hermanos Robertson, espías que se comunicaban con su abuelo, John Parish de Bath, quien a su vez transmitía la información a las autoridades británicas. Uno de ellos, además, fue invitado por San Martín a presenciar el combate de San Lorenzo desde el campanario de la Iglesia.
Como bien observamos, nadie daba puntada sin hilo.
Otras figuras de relevancia en las andanzas de San Martín fueron el capitán Peter Heywood, enviado por los ingleses al combate de San Lorenzo, James Paroissien, espía que acompañó a San Martín en toda su campaña, y John Miers, otro agente británico que se transformó en una suerte de mensajero del General. Por otra parte, mientras los militares William Miller y John Thomond O’Brien rodearon al prócer y lo acompañaron en su gesta, William Bowles, uno de los ingleses de mayor graduación militar, ofició como nexo entre el “libertador” y el servicio de inteligencia británico.
Por supuesto que la cantidad de vínculos y pseudoamistades de San Martín no termina acá, pero alcanza para dar un breve pantallazo de con quiénes se codeaba.
Como bien sabemos, la historia la cuentan los que ganan. Entonces la pregunta es, ¿qué pasó, en este caso, con los derrotados? En 1810 el Ejército Realista estaba formado tanto por criollos, como por indios y negros, quienes se presentaban voluntariamente para pelear en defensa del Rey, argumentando que veían en los hombres revolucionarios a seres depravados que se dedicaban a cometer latrocinio y destrozar el Imperio. Acá un primer punto de inflexión: no toda la sociedad estaba a favor de la supuesta independencia.
Otro dato a tener en cuenta para entender el movimiento de separación es que en Potosí, anteriormente territorio perteneciente al Virreinato del Río de La Plata, se acuñaba el real de a 8, en aquel entonces la moneda imperante a nivel mundial, cuyos remanentes circularon libremente por muchos años más. Entendiendo la relevancia cambiaria, no es de extrañar que un grupo de espías de la corona británica estuviera más que satisfecho en participar de la disgregación del Virreinato.
En pocas palabras, nunca está de más revisar la historia, investigar, analizar las fuentes y, por sobre todas las cosas, sacar nuestras propias conclusiones. Lo que nos digan los libros siempre va a estar condicionado por el punto de vista de quien narra los hechos, por eso, no crean en todo lo que escuchan, ni siquiera me crean a mí o a este texto. Estudien y quédense con la información que más les resuene.
Fuentes:
- Calabrese, Antonio. José de San Martín: ¿un agente inglés? . – 1a ed. – Buenos Aires: Lumiere, 2012.
- Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires: http://servicios2.abc.gov.ar/docentes/efemerides/17deagosto/htmls/joven/vinculos.html
- Diario Cronista: https://www.cronista.com/clase/dixit/Quien-es-el-economista-que-desmiente-el-mito-San-Martin-no-fue-el-Padre-de-la-Patria-20170817-0001.html
- Historia Hoy: https://historiahoy.com.ar/los-amigos-ingleses-san-martin-n4207/
- Patricio Lons: http://comunidadhispanista.com/
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2 comentarios
Bueníssssimo. Aquí en Perú es casi un super héroe. La verdad sale a la luz.
Somos el cambio que queremos para el plano que habitamos!
Abrazo desde Lima
Abrazo grande desde Buenos Aires!