Pánico al Terraplanismo

Por Marcos Horta

Si como dicen los medios masivos los terraplanistas somos unos ignorantes y conspiranoicos. Si tal como aseguran, solo somos individuos anticientíficos que insistimos en derribar cuestiones hiper comprobadas desde hace siglos. ¿Por qué los periodistas y comunicadores destilan tanto odio frente a los eventos o convocatorias terraplanistas? ¿Por qué se lo considera un movimiento peligroso y mentiroso sin ni siquiera escuchar sus argumentos?

No cabe duda de que la forma del mundo en que vivimos es un asunto serio para quienes gerencian las empresas de entretenimiento desinformativo, mucho más de lo que están dispuestos a admitir públicamente. No es moneda corriente ver tanto desprecio hacia un grupo de individuos sin patrocinio ni poder económico solo por plantear unas ideas tan locas e inofensivas, más aún en los tiempos que vivimos, donde cualquiera que se siente oprimido puede encontrar eco y voz en los medios. En estos casos no se considera conspiración, se da por sentado que todos, con nuestros prejuicios y proceder, hemos ido perjudicando al prójimo a diestra y siniestra. Una conjura contra la diversidad por parte de la gran masa injusta, desde antaño. Sin embargo, nuestra sociedad se basa en las injusticias legales cuya solución estaría en manos de los políticos de turno. Respecto a la comunidad científica, sus miembros se consideran sagrados, libres de error y maldades. Ciencia es igual a verdad y progreso. Nuestra nueva religión es la oficialidad académica.

Si no es ridículo percibir que la sociedad, por momentos, atenta contra determinada raza o talle de ropa. ¿Por qué es tan ridículo pensar que la tierra es plana y que detrás de enormes poderes se oculta información valiosísima? Deténganse a pensar y mencionen cualquier evidencia que no sea proporcionada por una institución oficial. ¿Por qué el oficialismo ataca al terraplanismo? Porque la ciencia hecha institución a través de los siglos se basa en datos y en un modelo. Y un modelo no es más que una representación conceptual y abstracta de una serie de hechos o fenómenos para poder describirlos, analizarlos y explicarlos. Es decir, un modelo arriba a un resultado final en base a unos datos de entrada. Ahora bien. ¿Qué pasa si esos datos de entrada son incorrectos?

Desde la cuna nos enseñan que vivimos en una esfera (geoide) de 12.742 km de diámetro y, de acuerdo con la trigonometría, hay un horizonte geométrico, es decir, una distancia donde comienzan a ocultarse objetos detrás de la curvatura. Sin embargo, son muchas las observaciones a larga distancia que no concuerdan con esas medidas, por citar algunas: el Lago Michigan, Colonia – Buenos Aires, Barcelona – Islas Baleares. Pero a mi entender, la evidencia más fuerte que rompe en mil pedazos toda la trigonometría esférica son las observaciones del ingeniero J. Tolan, quien en aviones a 10 km de altura filmó con lente infrarrojo valles a más de 900 km, cuando para el modelo oficial éstos solo podrían verse a 300 km. de distancia. Con estas evidencias el periodismo debería tomar con mayor seriedad el asunto. Pero, ¿por qué no lo hace? Porque los medios responden a otras instituciones que los financian. Así de simple. Lamento que la gran mayoría aun siga creyendo que los medios son un reflejo genuino y espontáneo del saber y sentir popular.

Más allá del tono irónico, mi intención no es demostrar a un individuo sumido en el entretenimiento masivo las implicancias de tamaña manipulación. Prefiero centrar mis fuerzas en todos aquellos que sí se han dado cuenta con el último cachetazo del 2020, de que todos los canales de TV, todos los diarios, todos los comunicadores y todos los actores de este circo responden a su comodidad, a no perder su lugar de privilegio y notoriedad. Responden a directivas que vienen de más arriba y carecen de ética o juicio propio, solo les apetece su jugosa billetera a fin de mes.

Basta con que dos grupos económicos muy poderosos en Estados Unidos se pongan de acuerdo y, por efecto dominó, la media mundial va a estar repitiendo como loro en cada rincón y para cada tipo de público la premisa acordada. Con la catástrofe social en 2020 a muchos se les hizo muy fácil identificar los agentes del miedo pandémico, pero algunos de estos seres “despiertos” son los mismos que desprestigian y le restan importancia a la forma de nuestro mundo, tildando al terraplanismo de radical o fuera de lugar. ¿Quién no ha escuchado frases como: “Y a mí qué me cambia si es redonda o cuadrada” o “Está muriendo gente por el pinchazo y éstos jodiendo con la tierra plana”? Este pensamiento de la disidencia me llama poderosamente la atención. O sea, ¿se orquestan instituciones supranacionales, medios, gremios y se compran voluntades en todos los ámbitos recién a partir de 2020? A mi entender, se han quedado mirando las patadas del monstruo y hasta que no se incremente la gente que sea capaz de visibilizar el tema, los manipuladores seguirán ejerciendo muy tranquilos su poder.

¿Cuál es la mayor implicancia de una tierra plana? Aunque suene muy descabellado, su mayor implicancia es el poder innato del individuo. Como plantea Dani Márquez, un gran cuestionador cosmológico, Freud, la Teoría Copernicana, la Teoría de la Evolución, el Psicoanálisis Freudiano y la actualización más reciente, la Inteligencia Artificial, son los pilares del control mental y espiritual, para que creamos que estamos a merced de las casualidades de un mundo infinito y azaroso, que vivimos en un planeta más, que somos un animal más pero con suerte, que algo como el inconsciente domina gran parte de nuestro destino y que las máquinas son más eficientes que nuestra propia experiencia. Nuestro poder creador y de superación es tan inmenso, es tan grande nuestra energía vital, tan poderoso nuestro pensamiento y su materialización que, solamente bombardeando nuestros sentidos con un menosprecio y desvalorización tan finamente calibrado, los mercaderes de la desgracia y la escasez pueden tenernos a sus pies.

Repito, este mensaje no va dirigido para quienes están atrapados en el entretenimiento perpetuo. Esa gente está en otro viaje, uno muy distinto, una siesta de recompensas inmediatas e hiper estimulantes con las que no podemos competir. Este es un mensaje para los que ya vieron las garras de este monstruo que es capaz de confinar, matar, aterrar y acallar gente para continuar manteniendo el orden que les da una inimaginable suma de dinero (entre otros beneficios que no se miden en términos económicos).

La tierra plana es la puerta de entrada para ver que el sistema está podrido desde los cimientos. Vivimos en un relato que nos dice que no podemos crear nuestra realidad, que dependemos de intermediarios obligatorios para materializar cualquier deseo y darnos protección. En una sociedad donde debemos sacar permiso y pagar tributo para conducir, para edificar nuestra casa, para trasladarnos, para comerciar, para trabajar, porque por defecto en esta sociedad todo está prohibido. El despertar es romper con las ataduras emocionales, es apoderarse de lo que por derecho natural nos pertenece y nos hace realmente libres, sin pastores, sin mesías, sin políticos salvadores, sin intermediarios entre la fuerza y la energía que este mundo nos dio, para ser nuestra mejor versión, para crecer y dar vida, para multiplicar y repartir la ganancia a nuestro entender y saber. Los manipuladores masivos jamás dicen la verdad y por eso solo reconocen nuestra fortaleza y conocimiento con ofensa y castigo. No sé si la distopía se materializará totalmente, no sé si llegarán a acallar la disidencia, no sé si Occidente será una nueva China, no sé si aceleran o están esperando. Lo que sí sé es que el mundo siempre tiene una salida victoriosa para quien la quiera tomar.

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Youtube: Marcos Horta


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