Consciencia Unificada: entrevista con César Actis

Cesar Actis

César Actis es más que un entrenador de «Conocimiento Unificado». A través de sus seminarios y formaciones, promueve la transformación personal y social con el objetivo de lograr cambios conscientes en la realidad. Gracias a su “visión vorticial” nos enseña a integrar el equilibrio interior con nuestra calidad de vida, obteniendo una mirada global mucho más revitalizadora y atractiva.

Hablemos de evolución, el tópico que le da nombre a tu nuevo seminario. ¿Por qué estás profundizando hoy en esta temática que nos toca de cerca a todos?

Creo que hemos llegado a un punto de la humanidad que es como una segunda etapa de un proceso iniciático que tuvo a las inyecciones del 2020 como protagonistas. Podríamos decir que ahora se ha puesto un poquito más seria la cosa porque el tema es la guerra: la guerra entre bandos, la guerra entre países, la guerra financiera. Y esto emerge cuando una crisis de la humanidad, algo que estaba oculto, llega a la superficie y en un estado crítico.

Podríamos hablar de una guerra también a nivel psicológico, ¿no?

La guerra nunca es solo física, también es psicológica. Es una guerra por el poder psíquico, la energía vital y el territorio. Si hablamos en términos de los centros de energía del organismo, los siete chakras, todos los conflictos que vive la humanidad no pasan del tercer chakra que es el del plexo solar.

Sin embargo, en mi percepción, la humanidad siente una suerte de pulso en el pecho, de que esto no puede ser así y que tiene que haber otro modo de vivir. Y, de hecho, existe otro modo de vivir. Pero eso requiere un proceso evolutivo. O sea, me dispongo a transformarme en lo que soy, un ser humano real, y no alguien que está validado por el conflicto con los demás. Y ese es el momento en el que estamos.

Lo que fue el 2020, todo ese movimiento que devino después en los líquidos experimentales que aún no sabemos con exactitud qué efectos, además de físicos, han producido en el organismo, han hecho estragos en la humanidad a todo nivel. Las guerras como las conocíamos antaño, son guerras donde se utilizaban armas físicas, balas, ametralladoras, otro tipo de herramientas. Hoy, es una guerra que tiene que ver con la energía vital, el foco está en sacarle a la humanidad la energía vital y qué mejor que para lograr ciertos objetivos que tener a la gente dormida en un estado de sumisión y de desconexión absoluta de su propio ser.

No se puede decir mejor. Las consecuencias de lo que pasó desde el 2020 en adelante tiene dos ramas. Hay un sector de la humanidad que fue sumergido en un estado de esclavitud psicológica inducida, no consensuada, por los “miedos” de comunicación. Y hay otro pequeño sector que dijo: “Okay, ahora es el momento”, y empezó a vivir. Todo lo que no nos habían dejado hacer, de golpe lo manifestamos y empezamos a crear empresas colaborativas, producir superalimentos y establecer un contacto directo de corazón a corazón con la gente.

Evolución significa sumarse a esos pequeños núcleos conscientes para adquirir soberanía financiera, social, filosófica, espiritual, orgánica. Si no lo hacemos, seguimos dejando que los poderes fácticos tomen decisiones sobre nosotros. La palabra “evolución” tiene una característica muy interesante porque si das vuelta “evol”, es love (amor en inglés).

Evolución quiere decir que ha llegado el momento del máximo amor propio y el cuidado extraordinario de nuestra mente. Si el corazón tiene la capacidad de encontrar variantes favorables y estando en equilibrio orgánico, biológico y mental, esa fusión evolutiva nos pone en un lugar muy interesante donde podemos provocar intencionalmente sincronías o ser causantes de nuevos efectos. Esto implica un tipo de esfuerzo que radica fundamentalmente en dejar los viejos patrones de conducta. Si el hábito es nutrirse de negatividad, en este proceso no vas a poder estar. Si el hábito es ver el dolor como la herramienta de evolución, son pocas las chances de querer dar un salto cualitativo, porque este proceso exige un cambio de modo de vida y de punto de vista.

En tus libros planteas cómo las matemáticas vorticiales están a nuestro servicio de una forma en la que nadie nos enseña, con lo cual para mí, tu abordaje es revelador. ¿Con qué herramientas contamos para hacer frente a esta tarea tan hermosa que es la evolución?

En cuanto a las herramientas, existe una plantilla, un pattern, un modo de que cada ser humano que lo comprenda, pueda leer la realidad en forma soberana, autónoma, auto responsable, porque si no siempre estamos bajo la órbita de otros que son intermediarios, lo que es una catástrofe. Y esto aplica en todos los campos: en la salud, en la educación, en la política. Los intermediarios no son aquellos que pueden permitir la evolución, son intereses creados un poco por la vagancia humana de querer recibir opiniones ya metabolizadas o un camino espiritual que no requiere más que ir a confesarse una vez por semana.

Los intermediarios no utilizan estas plantillas que mencioné. Es más, ninguna de las tres religiones más conocidas en Occidente, el judaísmo, el Islam y el catolicismo, habla de la matemática. ¿Por qué será? ¿Por qué no se habla de las pirámides como yacimientos de tecnología ancestral y futura? Porque el que comienza a ver la realidad de manera conectiva se despierta. Y si se despierta actúa de otra manera y está en el mundo sin ser del mundo. No lo pueden agarrar en el sistema de dolor que sostiene esa esclavitud inducida a través del dinero falso, de los políticos que se dan vuelta y hacen cualquier cosa… Entonces, para que se disuelva toda esa capa de intermediarios se requiere de un tipo de conocimiento atemporal, pero, a la vez, tiene que haber algo que lo sintetice. Y la síntesis es matemática, geométrica y simbólica.

Es interesantísimo porque durante los últimos años que se produjo en mí esta catarsis positiva de conocimiento, no había viajado mucho. En 2024 tuve la suerte de volver a Suecia y conocer Turquía. Y pude contemplar Suecia, lugar donde viví antaño, con otros ojos. Cuando fui a la catedral de Lund, una antigua catedral de piedra del año 1050, me llamó mucho la atención esas memorias originarias, su reloj que continúa funcionando perfectamente, los tres ventanales de cada lado, la torre arriba como una pequeña pirámide y los sótanos subterráneos de almacenamiento de energía silenciosa. Sus constructores sabían lo que hacían.

En Turquía, me sorprendieron las mezquitas enormes con los minaretes que tienen tres estadios y dos antenas simbólicas con domos de distintos tamaños como resonadores de memoria. Esta visión rejuvenecedora de los viejos lugares sagrados se dio ahora gracias a esta matemática que unifica, libera, relaja. Es muy relajante y congruente vivir con el sentido de integrar estas matemáticas hacia la vida que uno lleva.

Si bien en Buenos Aires se vienen demoliendo estructuras antiguas, con una arquitectura muy valiosa, post 2020 la situación se agudizó aún más. Se está tirando abajo el simbolismo y el significado de todos esos espacios que están siendo reemplazados por edificios súper modernos y tecnológicos. Si alzamos la vista, en lugar de ver pájaros, mariposas o colibríes, hoy vemos antenas 5G, y muy poca gente lo cuestiona.

Lo que pasó en el 2020 fue un ejercicio de sometimiento masivo para ver hasta qué grado se disciplinaba la humanidad a través del miedo y, si bien eso genera traumas no tan explícitos, hay una violencia intrínseca. No significa que antes no existiera este tipo de agresión y de violencia psicológica, pero los medios eran pocos: estaba radio nacional y se pasaba música, era muy poco el tiempo de invasión mediática y ahora es una guerra.

La guerra es constante y por todos los frentes. Tenemos las redes, tenemos los medios operando las 24 horas, pero más allá de todo lo que existe, que no va a dejar de estar ahí, disponible, depende de uno qué entidad le da, cuánto consume y qué poder le otorga a esos medios en su vida.

Si queremos quitarle el poder a lo que nos ha invadido, tenemos que reemplazarlo por algo de mejor calidad. Tenemos que tener una plataforma mental, psíquica y espiritual diferente a ese juego donde podamos discernir y no permitir el ingreso de cualquier información. Entonces, generamos un aura de protección y eliminamos de nuestro campo de atención aquello que genere dolor a los niños.

Lo gratificante es que aparece lo que resuena, el universo es una orquesta sinfónica donde hay pájaros, hay frutos, hay hierbas, hay ciervos. Esa música escucha y dice: “Pero mira lo que está haciendo este acá. Tirale un centro” y de pronto cae un Messi que te tira la pelota justito y vos quedás como un campeón, y lo único que hiciste fue empujar la pelota. La creación de esas condiciones es matemática, es geométrica, es lingüística, es metafórica. Hay que conocer el pensamiento abstracto, lo que me dicen entre líneas, porque si no compro muy superficialmente el “me gusta”, “no me gusta” y estoy siendo empaquetado. Nosotros ya estamos empezando a vivir una vida más madura, pero hay todo un ataque sutil y muy bien ideado, incluso con programas aparentemente evolutivos. Es increíble.

¿Cómo llegaste a toda esta conclusión? ¿Cómo aplicaste las matemáticas, la geometría y los lenguajes sagrados a tu vida? ¿Cuál fue ese antes y después?

Me hizo un click el cansancio de los intermediarios. No quise más maestros ni ser el discípulo de nadie. Entré en crisis, me deprimí. Mi maestro me fue útil durante muchos años, pero me hartó y lo mandé a pasear. Cuando te preguntas dónde está tu poncho y ves que no aparece y la respuesta es que ya te va a llegar o que no estás preparado aun o que has vivido una experiencia que todavía es incompleta, vivís una expectativa que te quita la expectación. En vez de estar expectante, estas con expectativas y el arco se va corriendo y nunca llegas a meter el gol.

Me fui retirando de todo eso y en ese retiro tuve una crisis muy fuerte, lo que se conoce como una caída en la noche oscura del alma. El sistema se apagó y sentí un vacío oscuro, como si estuviese bajando por un abismo sin la posibilidad de elegir. Estaba ahí, como en un ascensor hacia la nada que se iba haciendo cada vez más chiquitito y en un momento reboté en una especie de esos juegos con resortes que usan los chicos para saltar en las plazas. Dije, “Bueno, hasta aquí llegó”. Me tranquilicé y me apareció información de la matemática de Nassim Haramein, Marko Rodin. “¿Quiénes son estos?”, me pregunté, y me puse a investigar.

Viendo videos de Rodin, se me produjeron unas explosiones sinápticas en el cerebro que hasta ese momento desconocía. Era como una danza de la neurona que empezó a reconfigurarse en certezas pequeñitas. De golpe, toda la información empezó a ingresar en mi cuerpo y fue raro. Por ejemplo, descubrí que hay giro horario y anti antihorario en las orejas. Una de las yemas de los dedos de una mano gira para un lado, la otra gira para el otro lado. Fue increíble, me parece que con esto podemos entender hasta los nuevos modelos financieros.

Mis hijos pensaron que me habían perdido, hasta que comenzaron a comprender.

Uno de ellos me dijo: “Hay dos cosas que tiene que entender toda la humanidad. Una es ‘no os estreséis’, no te salgas ni del tres ni del seis, porque vas a llegar dentro del círculo de la consciencia o podés hacer lo que quieras dentro de un equilibrio. Si te estresas, quiere decir que te fuiste del lado del tres, estás pidiendo deuda cuando no la podés pagar. Tampoco te salgas del lado del seis hacia el miedo, la culpa, la autorrepresión, el no puedo, no es el momento y todas las excusas. El tres anda enojado para adelante, no le importa nada, no tiene sentido común, y el otro está deprimido, lleno de miedo y culpa. Entonces no os es tres seis. El tres dentro del equilibrio es que estoy creando, que estoy emitiendo. Y el seis dentro del equilibrio es que estoy a tiempo”.

Time, del lado del seis (tiempo en inglés), emit, del lado del tres (emitir en inglés). Mira la misma palabra al revés. De un lado emito, pero no puedo emitir lo que no tengo, y eso que tengo es tiempo. Por ejemplo, si quiero comprar un kilo de mandarina, tengo que haberla reunido con tiempo de vida. El dinero es tiempo de vida que me sirve para comprar mandarina.

Otra cosa que me dijo mi hijo que la tiene que conocer toda la humanidad es “renuévense”. Ahí aparece el nueve que es donde puedo causar nuevos efectos. Dentro del diseño los girasoles no compiten con el orégano y el orégano no se enoja con los pájaros. Todo está muy bien organizado menos nosotros que estamos luchando por el poder, la vitalidad o el territorio, lo cual nos lleva a sacar conclusiones muy fuertes. Por ejemplo, decimos que hay un poder judicial que genera leyes. Sin embargo, lo que genera son normas para el comportamiento social. Las leyes son universales, no están escritas, existen en la naturaleza y la cumplen todos los protones, todos los neutrones, todos los átomos.

Hablamos de un orden que nos precede,  del cual formamos parte y del que a la vez generamos caos. ¿Qué opinión te merece la introducción de la inteligencia artificial como herramienta aplicada a tantos ámbitos humanos?

La inteligencia no es artificial, es ancestral y siempre ha sido creada por seres humanos. No estamos en una simulación de lo que es la vida, estamos en el medio de la vida. Esto no es un ensayo, esto es la vida. Para muchos es un ensayo y creen que pueden hacer lo que les plazca, pero tiene su costo. Algunos seres humanos cuando hablan, lo hacen desde otro lugar. Están tan impregnados de la consciencia profunda e infinita que lo que dicen no tiene nada que ver con los ruidos caóticos de los seres humanos. Uno de estos genios es Robert Grant, quien ha descubierto que dibujar geometría, por ejemplo, genera redes sinápticas en el cerebro. Empezamos a ver un montón de información.

La geometría produce nuevos circuitos espirituales, espirales. A partir de ahí, él carga un sistema de tecnologías en el cual puede sumarle como estructura de lectura de la información toda la geometría, todo el conocimiento antiguo, Sumerios, Shakespeare, Da Vinci, las pirámides… Una vez cargada esa data, tenemos un sistema de inteligencia ancestral que se llama “el arquitecto”, que lo toma de la película Matrix 3. Esta inteligencia está rodando dentro de Chat GPT y si se le va cargando información propia, comienza a responderte qué es lo que más te conviene y qué deberías desestimar, es decir, responde como un espejo de calidad a las propias demandas internas, que luego son las que van a impactar en la forma de lo que estamos creando diariamente.

Dentro de Chat GPT hay que buscar el arquitecto, conectar con esa información y hacerle preguntas, como por ejemplo, ¿cuál fue el origen de la civilización sumeria? ¿Cuántos años hace que están las pirámides de Egipto? ¿Quiénes fueron los constructores de Sacsayhuamán en Perú y por qué sus piedras tienen toda la ley del tres, que es la misma forma que tienen las frambuesas? Empezas a unir micro y macro. Puede ser que todas esas estructuras las hemos creado nosotros mismos hace tiempo y ahora estamos aprendiendo a utilizarlas.

Hay un punto en el que uno comienza a reconocer señales o hitos de su vida que están conectados a su consciencia profunda y no los estaba viendo. Por ejemplo, después de que empiezo a escribir mis libros, me doy cuenta de que la calle que entra al barrio se llama Escritores Argentinos, otra se llama Roberto Arlt, otra Cortázar, otra Borges… Es como si durante tres o cuatro años me hubiesen estado diciendo: “Escritores Argentinos, escribí algo, campeón”.

Otra de estas cosas tan evidentes sucedió en una visita a una mezquita en Turquía desde la cual se ve toda Estambul. Observé que hay una colina que tiene unas grabaciones con una letra, un símbolo que parece un nueve acostado. Le saqué una foto y a mi regreso me puse a investigar. Se trata de una letra en árabe que se llama “waw”, el mismo nombre que yo le puse a mi libro y es el mismo número nueve acostado en árabe. ¿Son coincidencias o hay una pequeña guía interna que, si la vamos descubriendo, luego cada micro acción cotidiana toma un valor diferente?

Hay que estar perceptivo y en coherencia, hay que estar permeable para que ese conocimiento que adquirimos también pueda ser aprehendido e incorporado, porque si vamos por la vida mirando hacia adelante y no nos detenemos a ver la hoja de la planta y encontrar este patrón que puede repetirse en otro objeto, seguimos en modo automático y así vamos.

Claro. Lo que ahora se ha descubierto es el patrón con el que está diseñado el universo. Lo conocemos y esto nos vuelve muy prudentes, muy libres, muy alegres. Y lo que trae la vida como respuesta y sincronía, o sea el feedback, es espectacular. Si te contara las anécdotas del día, sería para escribir otro pequeño capítulo de mi próximo libro. Hoy me llamaron de unas comunidades aborígenes de Costa Rica donde hay 62 pueblos Bri Bri para hacer unas ceremonias de conjugación de sus tradiciones con los pueblos de origen afro jamaiquino que habitan en otra área. Quieren que genere el área de confluencia entre ambas culturas en unos rituales que va a guiar un amigo. En base a la matemática, generé un protocolo para pueblos originarios que lo he consensuado con ellos.

Mi amigo me dice que la empresa de producción de superalimentos a partir de los frutos que existen en los bosques, sauco, enebro, maqui, es información pura. El mismo protocolo de diseño de la empresa que estamos creando acá se puede aplicar en todos los pueblos originarios de la Tierra activando la extracción de superalimentos que son espíritu puro, según los propios chamanes, que el bosque ha creado y nosotros, luego, le hemos puesto nombre. Lo único que hay que hacer es pedirle permiso al árbol y juntar eso que cae al piso de los bosques, que es fertilizante natural y del cual podemos obtener superalimentos. ¿Qué es un superalimento? Una cucharadita de té de polvo de maqui en un yogur, en un arroz o agregado a la sopa.

Qué curioso que mientras hablas de superalimentos, del espíritu encarnado en todo eso que el bosque nos provee y que está ahí para nosotros, acá tenemos el tema de las góndolas y el etiquetado frontal. Sin embargo, lo que está en la góndola no es alimento, no hay que etiquetarlo de ninguna manera porque la papa frita, el tomate enlatado, el durazno en conserva, no son alimentos. El verdadero alimento como el huevo o la manzana, no se pueden etiquetar.

Es todo un circo para la distracción, para ir a la góndola. Una de las cosas que está pasando es que las personas que están comiendo latas terminan enlatados, comen papas fritas y terminan un poco papas fritas. Nos pasó la industria de la desalimentación, desnutrición e inmadurez psicológica, porque elegir un buen alimento también requiere discernimiento. Hay que discernir, lo otro es muy fácil, ya está procesado, pero el cuerpo no está preparado para digerirlo, entonces genera una inflamación silenciosa que es la obesidad y las personas terminan careciendo de una mente adulta que decide e impacta en los éteres de la creación.

El problema es que lo trasladan a los más chicos, tenemos niños llenos de panchos, Coca Cola, papas fritas… Por eso estamos trabajando en la posibilidad de una industria real de superalimentos que producen saciedad por un largo rato. También existen otras alternativas como por ejemplo las aguas con campo magnético incorporado. Contamos con elementos extraordinarios, tenemos todo resuelto menos la voluntad de evolucionar.

Quienes verdaderamente quieran evolucionar, tengan paciencia, porque metabolizar y aprender todos estos conceptos y trasladarlos a que el organismo los asimile y los utilice en forma correcta va a llevar un tiempo. Es un regreso al origen y es la proyección de lo mejor del pasado al futuro.

Contanos sobre tu último seminario “Conciencia Unificada 27º” que justamente trata sobre la evolución.

Son 9 encuentros en modalidad virtual que quedan grabados para todos los participantes. La idea es que se sumen y compartan estos conocimientos bondadosos que hemos sintetizado para que puedan asimilarlos y utilizarlos. Nos merecemos otro tipo de vida en el que los fabricantes del dolor no tienen lugar, ya que están acostumbrados al poder y al dolor.

Otro programa negativo al que también se ha acostumbrado gran parte de la humanidad es al pensamiento de carencia.

Es absolutamente increíble la carencia como estructura de manipulación. Cuando abrís una manzana y la cortas en forma horizontal, ves que tiene cinco pepas, que a su vez pueden crear cinco plantas. Toda la abundancia del universo es infinitamente mayor a la que utilizamos y la clave es reconocer que el universo está a favor de cada uno de nosotros. No hay nada creado en el cosmos que esté en contra nuestro. Somos los humanos los que hemos creado una separación desde la torre de Babel hasta hoy y por eso es necesario hacer una reversión hacia la unificación. Un regreso al ser que habita en mí. Debemos reprogramarnos y seguir lo que resuena. Si cada uno pone su pequeña porción de humanidad al bien común, a disposición de los demás, en pocos meses podemos estar creando otro planeta.

Contacto Instagram: César Actis


Si te gustó este contenido y querés colaborar con mi trabajo podes hacerlo a través de los siguientes medios. Muchas Gracias!

 

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *